LA COLUMNA

Devuélveme el rosario de mi madre

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Con el vals dramático de Mario Cavagnaro que terminaba diciendo «Devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás; lo tuyo te lo envío cualquier tarde, no quiero que me veas nunca más», Almodóvar hizo una versión cómico flamenca que incluyó en una de sus películas y es lo único que se recuerda de ella. Y cambiando levemente el título, un autor argentino llamado Jorge Diaz escribió una comedia satírica que tituló Devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo de Marx, que fue calificada por la crítica como la mejor entre las estrenadas en 2002, por encima de No seré feliz pero tengo marido. Tal vez acordándose del éxito popular que ha alcanzado la canción, ERC ha anunciado ayer que dirá no al acuerdo sobre el Estatuto catalán pactado por el PSOE y CiU; dejará de ser aliado preferente tras el pacto entre Zapatero y Mas, y ya no apoyará gratis sus leyes e iniciativas.

Lo del «no quiero que me veas nunca más» se lo reserva para poder seguir ocupando cargos en el Gobierno de Maragall, que estaba feliz pese al ninguneo al que le ha sometido su partido: se aleja para él la amenaza de que el PSOE le releve por Montilla. El proceso requeriría romper el tripartito y convocar elecciones anticipadas en Cataluña y tal vez luego en toda España. Así que los de ERC han dicho que «no son felices pero tienen marido», que no pedirán elecciones anticipadas. Y no piden que les devuelvan todo lo demás por si no vuelve a sonar la flauta. Por eso han dejado una puerta abierta a un apaño: negociar con el PSOE una mejora del texto pactado con la excusa de que no les gusta un modelo de financiación que ni siquiera se habían atrevido a soñar. Saben que no es probable que obtengan otra vez los 652.196 votos del 14 de marzo de 2004, ese insignificante 2,52% de los votos emitidos que gracias a una absurda legislación electoral que prima las minorías nacionalistas les había permitido hacer mangas y capirotes con España.