Hay que seguir en el camino
Actualizado: GuardarLa verdad es que nos quejamos por vicio, llevamos casi una década en continuo crecimiento del sector turístico y parece que sea el cuento de nunca acabar, al menos eso es lo que deseamos. Confiemos en no meter la pata y empecemos a caer en un campo de batalla donde las armas para ser competitivos sean los precios y no la calidad. Por este camino el cuento tiene las horas contadas y acabaría. No debemos jugar con ser los más baratos, sino los más competitivos. La calidad debe ser y es la prioridad del sector turístico en su conjunto.
Conozcamos el camino recorrido durante este año. Empezaremos diciendo que todos los indicadores de demanda hotelera han repuntado en 2005, a pesar de la subida del crudo y con el buen aire que nos traen las compañías de bajo coste.
La clave de este crecimiento la ha marcado por una parte, y de nuevo, el tirón de los turistas españoles y por otra, la elevada estancia media de los turistas extranjeros. Al contrario de otros destinos, donde las tres últimas temporadas se ha producido una caída de la demanda y de las estancias medias en establecimientos reglados por parte de los extranjeros, a la par que subía en el uso de la oferta residencial propia o de familiares o amigos, algo que, aunque de manera todavía muy poco relevante, está ocurriendo en nuestra provincia.
Otro parámetro a conocer en nuestro camino es la media anual de los niveles de ocupación. Por fin hemos superado la barrera de los 50%, aunque por los pelos, pues se sitúa en el 50,10%, que se traduce en un crecimiento de la ocupación media de 1,43 puntos porcentuales. La motivación de este crecimiento del grado de ocupación media se explica, por ser el crecimiento de las pernoctaciones mayor (+7,20%) al experimentado por el número de plazas ofertadas (+4,14%).
Pasamos ahora a conocer la estancia media durante el año, es decir, el número medio de días que los turistas pasan con nosotros. Éste se sitúa en torno a los 3,24 días por turista, prácticamente nos mantenemos en los mismos niveles que el 2004. Lo cual es positivo si observamos la tendencia a la baja en la mayoría de los destinos turísticos. En este parámetro, los extranjeros siguen colaborando, al tener una estancia media por persona superior: 4,18 días por los 2,77 días del segmento nacional.
Conozcamos ahora el volumen total de ventas, es decir, el número total de pernoctaciones (camas) vendidas en el año 2005. La atractiva cantidad de 6.332.964, casi nada, de las que 3.598.788 corresponden a los viajeros españoles y 2.725.177 a los extranjeros. Estas cifras de pernoctaciones representan respecto a 2004 un crecimiento global del 7,20%, como ya comentamos anteriormente.
Otro de los equipajes de este camino lo forma el número total de viajeros alojados en establecimientos hoteleros de la provincia de Cádiz durante el año 2005. Alcanzaron la cifra de 1.953.326 personas, lo que se traduce en que el crecimiento global del número de viajeros en 2005, respecto a 2004, fue del 6,17%, por encima del nacional.
No sé por qué pero tengo el presentimiento de que con tantos números me he dejado a más de un lector en el camino, los que habéis llegado hasta aquí (gracias por ello) podréis leer el agradable dato que supone el empleo medio del sector hotelero provincial durante el año 2005, nada más y nada menos que 6.446 empleos/mes, ¿hay alguien que dé más? El mes de julio alcanzó el mayor nivel de empleo medio, con unos 10.200 empleos. Ello ha supuesto que durante este año el empleo, en términos medios, experimentó un significativo crecimiento del +18,41%. Ole, ole y ole. Pero no olvidemos que la formación, buena selección, inversión e incentivos son fundamentales para lograr trabajadores más cualificados. Debemos conseguir buenos profesionales, todo el esfuerzo que hagamos en mejorar nuestra oferta alojativa, infraestructuras, promoción etc., no tendrá el resultado esperado. No olvidemos nunca que lo que vendemos son satisfacciones y ello requiere de buenos profesionales, y a éstos hay que pagarlos.
Otro más, en este caso llegamos a la oferta de alojamiento y el número medio de establecimientos abiertos y plazas ofertadas mensualmente en la provincia de Cádiz, es decir, nuestra capacidad de oferta, nuestra capacidad de producción. Ésta, durante el año 2005, ha sido de una media de 402 establecimientos abiertos y 34.630 plazas ofrecidas en el mercado, lo que supone el +1,94% de establecimientos y +4,14% de camas.
Llegamos al final del trayecto, tomamos tierra y entramos en el aeropuerto de Jerez. Los resultados globales del año 2005 ratifican nuevamente la magnífica tendencia ascendente en las llegadas de pasajeros al aeropuerto, pero debe señalarse que, a diferencia de los dos años anteriores, durante 2005 los buenos resultados relativos son atribuibles fundamentalmente al comportamiento más favorable de las llegadas de pasajeros procedentes de los aeropuertos nacionales. En el conjunto del año 2005, el número acumulado -sólo contabilizamos las entradas de pasajeros llegados al aeropuerto de Jerez- ha sido de 630.832, reflejando un crecimiento del 14,2%, unos 78.442 pasajeros más que en el año 2004.
En 2005, los pasajeros llegados al aeropuerto de Jerez procedentes de aeropuertos nacionales experimentan un fuerte crecimiento del 38,83%, mientras que los procedentes de aeropuertos extranjeros presentan un ligero retroceso del 1,63%. Con toda certeza, muchos de los extranjeros llegados a nuestra provincia tuvieron necesidad de hacer escala en algún aeropuerto nacional, por ello no se les consideran que vengan del extranjero, aunque en realidad lo que no realizan es un vuelo directo desde su destino a la provincia de Cádiz. ¿Ojalá pudieran! Por ello, esta cifra habría que analizarla mejor.
Por todas estas numéricas razones, la provincia de Cádiz constituye la segunda provincia turística andaluza.
La conclusión que podemos sacar de los datos de este año es la prioridad de asegurar lo que hoy genera el turismo sobre el tejido socio-económico de nuestra provincia, la necesidad de definir los nuevos escenarios de futuro deseados y una visión estratégica público-privada de largo plazo lo más convergente y consensuada posible.