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La ola de frío y el sabotaje reavivan la 'guerra del gas' entre Moscú y Kiev

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El acuerdo sobre los precios del gas, alcanzado entre Rusia y Ucrania el pasado día 4 después de meses de tensas negociaciones y tras un corte del suministro que llegó a afectar a la Unión Europea, no ha puesto aún las cosas en su sitio. La ola de frío polar que desde Rusia avanza hacia el Cáucaso, Turquía y el Este europeo, unida a la voladura del gaseoducto que abastece Georgia y Armenia, ha vuelto a reavivar una crisis que tiene trazas de degenerar en una nueva «guerra del gas», esta vez, en varios frentes.

El pacto que concluyeron con dificultad las compañías estatales de gas rusa y ucraniana, Gazprom y Naftogaz, está aún sin rubricar. Establecía un precio de 195 euros por cada mil metros cúbicos de gas. Ucrania pagaría sólo 80 euros los mil metros cúbicos. Pero todo podría irse al garete. El presidente turkmeno, Saparmurat Niyázov, se reunió ayer en el Kremlin con Vladímir Putin para hablar precisamente de hidrocarburos. Según el diario ruso Vremia Novostéi, Niyázov pretende obtener una subida del precio de su gas de 55 a 72 euros. La Embajada turkmena en la capital rusa desmintió ayer la noticia, pero sólo en lo relativo a los 30.000 millones de metros cúbicos de gas que Gazprom comprará el presente año a Turkmengaz. En lo que se refiere a los suministros de Turkmenistán a Ucrania, nadie ha dicho que el precio no pueda subir. Si se incrementara, habría que renegociar el acuerdo entre Moscú y Kiev.

Aplazamiento

El contrato debería haberse firmado la semana pasada pero se pospuso hasta mañana. Ayer, se hablaba ya de un nuevo aplazamiento. Y es que, Gazprom volvió a acusar ayer a Ucrania de desviar gas de la tubería que pasa por su territorio con destino a la UE. El primer ministro ucraniano en funciones, Yuri Yejanúrov, rechazó inmediatamente las acusaciones, pero lo cierto es que Hungría, Italia y Polonia están recibiendo menos cantidad de gas de la establecida en sus contratos. El problema es que el consumo de gas y energía eléctrica, tanto en Ucrania como en Rusia, se ha disparado en los últimos días debido a la masa de aire gélido que sigue llegando desde el Polo Norte.

En esa misma situación se encuentran Georgia y Armenia, países que vieron interrumpido el suministro de gas procedente de Rusia el domingo por la mañana por dos explosiones que reventaron la tubería.