recambio en el banquillo de inglaterra

Eriksson abandonará la selección inglesa después del Mundial de Alemania

Se barajan los nombres de entrenadores nacionales y extranjeros

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La federación de fútbol inglesa comenzará la búsqueda de un nuevo seleccionador para el equipo nacional, tras confirmarse que Sven Goran Eriksson dejará su puesto con el combinado después de que concluya el Mundial de Alemania.

Un día después de la reunión mantenida entre el técnico nórdico y representantes de la FA, en la que se ha decidido de forma oficial el futuro de Eriksson, existe ya una lista de candidatos a ocupar el lugar que dejará el sueco. Entre los nombres que se barajan como futuros seleccionadores se encuentra el del entrenador del Bolton Wanderers, Sam Allardyce, el de Steve McClaren, del Middlesbrough, y el de Alan Curbishley, en las filas del Charlton Athletic. También hay extranjeros, como el ex técnico del Bayern de Munich Ottmar Hitzfeld o el seleccionador de Australia, Guus Hiddink.

El secretario de estado para el Deporte británico, Richard Caborn, considera que la FA no debe descartar la posibilidad de volver a emplear a otro seleccionador extranjero cuando se vaya Eriksson, opinión contraria a la de quienes apuestan que la marcha del sueco constituye una oportunidad para un técnico inglés. "Estaría bien que fuera un inglés o un británico, pero hay que ser consciente de que el fútbol, como deporte profesional, es ahora mismo algo global", subrayaba Caborn.

El secretario de estado se permitía la comparación con otros deportes para argumentar esta opinión: "Si miramos al rugby, al cricket o al tenis, todos tienen o han tenido entrenadores extranjeros, con lo que sería erróneo restringir la búsqueda a gente de este país". "Si queremos éxito, lo más sensato es contratar al mejor", añadía. En desacuerdo con Caborn se mostraba el director ejecutivo de la Asociación Profesional de Futbolistas, Gordon Taylor, para quien la vacante que dejará Eriksson al mando de la plantilla "debería ser la oportunidad para un técnico inglés", según declaraba hoy a una emisora británica. "Sería contraproducente para el deporte si este país, el más fuerte del mundo en cuanto a fútbol, no es capaz de producir un seleccionador de talento".

Las consecuencias de una broma pesada

En un conferencia de prensa celebrada hoy en la sede central de la federación de fútbol en Soho Square, Eriksson afirmaba que tras llegar a un acuerdo con la FA, por el que dejará su trabajo dos años antes de lo estipulado por contrato y con una compensación económica, se concentrará en los preparativos de cara a Alemania. "Por el momento, esto es lo más importante ya que tenemos la ocasión de ganarlo. Vamos a intentar no estropearlo", declaraba.

Eriksson aseguraba que no escucharía ofertas procedentes de otros clubes o selecciones "mientras siga vinculado al fútbol en Inglaterra", aunque vaticinó que a raíz del anuncio de su marcha, surgirían "muchos rumores". El seleccionar aclaró que antes de que se produjese la encerrona con el reportero del citado tabloide había comenzado ya a hablar con la FA acerca de su futuro con el combinado. "Siempre habíamos hablado de lo que pasaría después del Mundial de 2006 y llegamos a un acuerdo privado por el que, hasta cierto punto, se me permitía marcharme cuando el Mundial terminara. Era algo que estaba muy abierto", desvelaba.

"Se me pidió que ganara el Mundial y después de eso, se me pidió que me preocupara de mi propia vida", apuntaba el sueco. Eriksson califica la trampa que le tendió el diario sensacionalista de "escándalo" y opina que algo así "sólo podría pasar en este país, eso seguro". Además, se ha referido al hecho de que los periódicos británicos no se cansen de publicar historias sobre él y comentaba que estaba seguro de que la gente estaría "harta" de leer sobre su "vida privada" más que de fútbol.

El seleccionador indicaba además que si tuviera la impresión de que estaba siendo "despedido", "no estaría aquí -explicó-, sentado junto a Brian", en alusión al director ejecutivo de la FA, Brian Barwick. También aclaraba que aunque Inglaterra ganara el Mundial del 2006, no cambiaría de opinión. "Si ganamos el Mundial, gracias y adiós".