Stephen Harper, el hombre templado
Nacido en 1959 en Toronto, el próximo primer ministro de Canadá ha sido el único capaz de unificar a una derecha muy fraccionada
Actualizado: GuardarEl líder del Partido Conservador de Canadá, Stephen Harper, consiguió el lunes finalizar un trayecto político que inició en 2002, al derrotar en las elecciones generales al Partido Liberal, lo que le permitirá formar el primer Gobierno conservador desde 1993.
Harper ya tenía en su haber ser el primer líder conservador en más de una década capaz de unificar a la fraccionada derecha canadiense, dividida hasta 2003 en dos formaciones: la Alianza Canadiense, con arraigo en el oeste del país, y el Partido Conservador (PC), cuyas bases se sitúan en el este.
Para conseguir la victoria electoral del lunes, Harper ha tenido que moderar a marchas forzadas su mensaje, así como el de su partido, alejarse de la derecha más conservadora de la provincia de Alberta -la cuna ideológica del nuevo PC- y marcar distancias con el Partido Republicano de Estados Unidos.
Pero sobre todo, Harper -nacido en 1959 en Toronto, aunque la mayoría de su carrera política se ha desarrollado en Alberta, casado y con dos hijos- ha sabido capitalizar el deseo de cambio de una mayoría de canadienses, cansados de más de doce años de gobiernos liberales y deseosos de castigar sus escándalos.
Equilibrio político
Aunando la moderación del mensaje conservador y el deseo de cambio, Harper ha conseguido que, finalmente en la historia moderna de Canadá, un político del oeste del país vaya a dirigir los destinos de la nación, una señal más que el equilibrio político y económico del país parece estar desplazándose hacia el oeste. "He evolucionado", afirmó recientemente a los medios de comunicación Harper cuando se le preguntó por el cambio según su punto de vista, así como las políticas de su partido.
Se trata de un cambio considerable si se tiene en cuenta que el mundo político de Alberta y la Alianza Canadiense de donde procede Harper están hermanadas con la derecha más conservadora -más de uno la calificaría de extremista- de Estados Unidos.
Es un mundo regido en lo social por la interpretación literal de la Biblia y en lo económico por la economía de mercado más purista. No en vano, el anterior líder de la Alianza Canadiense -de la que Harper tomó el control en 2002-, Stockwell Day, es un devoto hombre religioso que cree que la Tierra sólo tiene unos pocos miles de años de edad y que no realiza ninguna actividad los domingos para respetar el día de descanso bíblico.
Distancias con EEUU
Aunque Harper y el PC no se han alejado de esas raíces -Day se convertirá casi con toda seguridad en el próximo ministro de Asuntos Exteriores de Canadá-, sí han conseguido que su "evolución" esté más presente que sus orígenes. Por ejemplo, Harper ha evolucionado en sus relaciones con Estados Unidos. Una reciente columna en el periódico conservador Washington Times afirmó que "Canadá puede elegir el líder más pro estadounidense del mundo occidental".
Harper rápidamente escribió una carta al periódico para puntualizar que, "aunque desde luego me considero un amigo de EEUU, me temo que esto simplifica en gran medida mi posición".
Otro tema clave para los canadienses en los que Harper parece haber evolucionado es el aborto. Una reivindicación clave del movimiento conservador de base norteamericano, la paulatina ilegalización del aborto que en Canadá es legal y pagado por la seguridad social, ha sido abandonada por Harper y los conservadores.
Harper ha declarado que la posición oficial del PC es que el aborto es un tema cerrado y que un futuro Gobierno que él presida nunca presentará o apoyará legislación que limite los derechos actuales.
Y aunque Harper no ha aceptado los matrimonios homosexuales aprobados por el Parlamento en el 2005, y se ha comprometido a mantener una nueva votación en la próxima legislatura, también ha afirmado que considerará legales las bodas celebradas hasta ahora. Algo que ningún conservador republicano aceptaría en Estados Unidos.