«Pagan justos por pecadores»
Una gran mayoría de los alumnos consultados por LA VOZ critica el aumento de la vigilancia policial en las inmediaciones de los centros
Actualizado:Los jóvenes lo tienen claro: no les gusta que los policías y los guardias civiles anden al acecho de lo que pueda ocurrir en las inmediaciones de sus colegios e institutos. La vigilancia nunca fue la asignatura preferida de los adolescentes.
DISUASIÓN EN JEREZ
En la zona sur, la presencia policial parece que está disuadiendo a los jóvenes no escolarizados de merodear por los alrededores de los institutos. Alfonso Alcántara es director del IES San Telmo, enclavado en esta parte de la ciudad. Desde que Policía Local y Policía Nacional en Jerez acordaran en noviembre aumentar su presencia en las horas de entrada y salida y en los recreos de los institutos de la ciudad, asegura Alcántara, ha disminuido notablemente el peligro de menudeo de droga. Alumnos de centros de la zona sur, como Vanesa o Javi, dicen que a veces sí han visto «personas extrañas», no a las puertas del centro pero sí muy cerca, en actitud de poder estar vendiendo droga, aunque aseguran que no es difícil encontrar hachís en cualquier sitio. «Siempre hay alguien que conoce a otro que lo vende y por esta zona es fácil encontrar lo que se quiera».
En otros institutos como el Serituim, en las inmediaciones de Chapín, o en el IES Fernando Savater, los alumnos dicen no haber visto nunca nadie vendiendo droga, ni tampoco se han percatado de una mayor presencia policial.
HABITUAL EN CHICLANA
El menudeo en las puertas de los institutos de Chiclana es habitual. Son muchos los que trapichean con grifa o marihuana, y, en menor medida, con otro tipo de estupefacientes. Así lo reconoce un joven de 18 años quien habitualmente fuma porros. Dice no tener problemas para adquirirlos: «Tenemos varios sitios. El parque y los alrededores del colegio son los más habituales». En Chiclana, también se estaba trabajando desde las Fuerzas de Seguridad por atajar con este problema antes de conocerse el plan de Interior. Manuel Romero, director del Instituto de Enseñanza Secundaria Pablo Ruiz Picasso resalta «la buena colaboración entre el instituto, la Policía Local y Guardia Civil», y recuerda: «Debido a que hay un exhaustivo control para erradicar el absentismo, en el momento que vemos un coche o alguna persona sospechosa, inmediatamente lo comunicamos a los agentes».
RECELOS EN PUERTO REAL
La vigilancia policial a las puertas de los institutos de Puerto Real no ha sido acogida con satisfacción por los estudiantes, ya que consideran que ésta solo afectará «a jóvenes que llevan uno o dos porritos y no a los que de verdad se dedican a traficar», según un grupo de jóvenes del IES Manuel de Falla. En este centro la vigilancia destaca por su ausencia, lo que aprovechan estos jóvenes para consumir una sustancia que son capaces de justificar: «Con control fumarte unos porros no es malo, peor es la bebida».
Estos alumnos no dudaron en señalar un punto estratégico de venta de drogas en Puerto Real: el parque de El Porvenir, donde «se puede comprar de todo».
En el otro extremo de la ciudad, el control en el IES Virgen del Carmen, no ha sido recibido con buen agrado: «Pagan justos por pecadores, porque a los que realmente vienen a vender nunca los cogen y la gente que fuma no le hace daño a nadie», según la estudiante de segundo de bachillerato Beatriz Ángel. Por su parte Manuel Jesús Rodríguez, reivindica una mayor presencia policial para acabar con esta lacra, a la vez que criticaba el dispositivo policial: «Estuvieron cuatro días y ya no hemos vuelto a saber nada más de ellos».
DIVISIÓN EN EL PUERTO
El plan de vigilancia para evitar el tráfico de drogas en los colegios ofrece una diversidad de opiniones entre estudiantes de El Puerto. Todos están de acuerdo en que la finalidad de la norma es buena. Sin embargo, centro por centro, la aplicación de la norma no es la misma según opiniones de los afectados. En el José Luis Tejada todavía no han visto un solo agente vigilar la zona. Ni profesores, ni alumnos, ni siquiera el director, Juan Antonio Villarreal, que afirmó no tener «notificación alguna» hasta el día de ayer de la puesta en marcha de ningún dispositivo.
Todo cambia en el Pedro Muñoz Seca. Un alumno de Cuarto de ESO alerta de que están «hartos de los cacheos y registros» a los que son sometidos casi a diario. Otro alumno de Primero de Bachillerato habla incluso de «prepotencia» por parte de los agentes. Lo cierto es que la vigilancia es exhaustiva, tal y como pudo comprobar LA VOZ, ya que en apenas veinte minutos pasaron dos coches de Policía.