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EL MIRADOR PINCHITOS MORUNOS

Butifarra en Niuyork (sin pellejo)

JOSÉ MONFORTE/
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Más de 400 paladares finos de Nueva York probarán mañana la butifarra de Chiclana. ¿Cambiará este hecho sus vidas? No tendrán que quitarle el pellejo, que siempre ha sido lo más incómodo de la butifarra de Chiclana. Muchas veces se te queda pegao en el deo y no hay manera de que se despegue.

El cocinero gaditano Angel León, que todavía no ha llegado a los 30 años, se la pondrá mañana en la mesa a estos 400 de paladar exquisito, que manejarán el tenedor mejor que maneja la pala de coger chocos el gallego de Las Flores I. Este valiente de la cocina no la pondrá acompañada de su marido natural, los minipicos ye-ye de Puerto Real que se hicieron para formar pareja con ella, sino que la pondrá acompañada de unos chocos (calamare en Nueva Yó) y un aliolí de pera, que ya sé que suena un poco raro pero estas son las cosas de la nueva cocina.

Me parece un prodigio que la butifarra de Chiclana llegue a Nueva York y que lo haga formando parte de un guiso de chocos. Espero que Angel no haya tenido ningún problema y que las butifarras hayan pasado sin novedad la aduana, porque cualquiera sabe si algún hijo de Bush le ha visto peligro en la grapa que sirve para unir la cuerda con el pellejo.

Lo cuento con un poquito de cachondeo pero no cabe duda de que la noticia tiene su importancia. Un joven cocinero con un futuro más que prometedor ha preferido venirse a su tierra y poner un bar de tapas en El Puerto de Santa María, aunque eso sí, con el buen gusto de ponerlo frente al sitio de atraque del Vaporcito de El Puerto. Ver el barquito llegar y ver el barquito salir tiene que inspirar una jartá.

Un cocinero gaditano, sólo ante el peligro, cocina mañana en Nueva York para los mejores paladares y no pondrá peti sui de caviar ruso, sino que pondrá encima de la mesa butifarra de Chiclana, pescado de la Bahía y por supuesto aceite de oliva. Por si fuera poco irá acompañado de vinos de Jerez, demostrando que, aunque sólo sea encima de una mesa, la unión hace la fuerza.

Para colmo con el cocinero gaditano, que presentará en el foro neoyorquino unas originales infusiones de vinos de Jerez para aromatizar caldos, está colaborando con la Universidad de Cádiz en la investigación de nuevos productos. A Angel León hay que cuidarle porque ha apostado por la Bahía y si queremos que el turismo sea nuestra bandera, tener cerebros de su talla resulta de lo más importante.

Y las fábricas de butifarra de Chiclana que se vayan preparando porque los pedidos desde Nueva York están al caer. No sería bonito ver en el menú del Gordon Rotiserie de Niuyó (no lo busquen porque me lo acabó de inventar) un plato en perfecto inglés: lonchitas de butifarra de Chiclana sin pellejo con su guarnición de minipicos. Lo malo es que alguno le echará ketchup. Asquito me da hasta de pensarlo.