La campeona que busca renacer
A punto de cumplir los 17 años, Iciar Ortolá, que se ha coronado como la mejor esgrimista andaluza de su edad, confía en volver a la senda del triunfo
Actualizado: GuardarOrtolá es un apellido muy reconocido en el deporte portuense. Desde hace varios años, una joven que responde al nombre de Iciar se ha coronado como una de las reinas de la esgrima andaluza. A punto de cumplir 17 años, se ha convertido en la tiradora con mayor proyección de la comunidad, pero los estudios y la falta de apoyo parecen estar cortando su exitosa trayectoria.
Iciar puso una pica en Flandes, como se suele decir. Fue la primera niña que peleó para poder formar parte de la sala de armas Adalid. Comenzó hace más de un lustro, cuando contaba con once años y sólo practicaban este deporte los veteranos. «Mi madre se apuntó un año antes y yo siempre iba a verla. La esgrima me atrapó desde que la vi, me llamó mucho la atención, y eso que ni sabía que existía, sólo había visto las películas». Nadie la convenció, «fui yo la que pedí que me dejaran practicarlo». De esta manera se puso a entrenar con los mayores y sorprendió por su habilidad, sus reflejos y todos esos condicionantes que le han llevado a la cima de este deporte. «Antes había practicado muchos ejercicios como ballet, hípica, natación,... y todos ellos me sirvieron».
Para asombro de todos, empezó a ganar campeonatos y torneos en sus primeras participaciones y no encontraba rival. Tanto a nivel provincial como en Andalucía lograba medallas y podios y su fama seguía creciendo. Ella cree que la clave del éxito es que «siempre entrené con adultos que me sacaban un metro de altura y que no tenían contemplaciones conmigo pese a ser más pequeña. En los asaltos iban a tope y eso me hizo mejorar mucho aunque sin saberlo. Cuando fui a mi primer campeonato, me encontré con chicas que eran más bajitas que yo y ya no me daban miedo». Ahora ya compite en categoría absoluta, donde quedó tercera de Andalucía (en menores de 17 años sigue siendo la mejor).
Ortolá ha participado en muchísimos torneos, «tantos que ni me acuerdo», y en marzo viajará a Ucrania junto con otras tiradoras andaluzas para entrenar junto a las mejores féminas de este deporte. «Es curioso porque la selección ucraniana vino el año pasado para trabajar con nosotros, y semanas después ganaron el campeonato del mundo en Cuba. Estoy muy ilusionada porque voy a seguir trabajando con los mejores entrenadores del planeta».
Con más tranquilidad
«La esgrima es un deporte que me ha enganchado desde el primer momento», reconoce Iciar. «Me encanta el ambiente que se respira en los campeonatos, en ls clases, y toda la gente que conoces. Personas muy diferentes y amables que siempre te tratan muy bien». Ese es el espíritu que la joven portuense quiere recuperar cuanto antes. Porque ahora no pasa por su mejor momento. El salto de categoría y el endurecimiento de sus estudios le están pasando factura. «Ahora me lo estoy tomando con más tranquilidad, no me queda otra. Los estudios son más fuertes y las demás tiradoras están más preparadas. No me da tiempo. Hay muchas chicas que están en centros de alto rendimiento y pueden compaginarlo, pero aún así no pierdo la expectativa de seguir ganando».
Lo dice como si agotara sus últimos días en este deporte a nivel competitivo. «No creo que al final acabe dedicándome a la esgrima porque para eso hay que ser la mejor y ya se sabe quiénes son las mejores. Además, todas ellas están en centros de alto rendimiento. Aquí, la Federación Andaluza no colabora y no puedo llegar a eso». Cree que necesita algo más que apoyo moral y que «con una beca quizás sí podría seguir para adelante».
Son los deseos que le pide para este nuevo año, con la ilusión de volver a la senda de los triunfos. Para eso hay que entrenar duro y mucho tiempo, precisamente lo que ahora echa en falta.