ESPAÑA

El fiscal pide penas que suman 111 años para los asesinos del director financiero de 'El Diario Vasco'

Los cuatro etarras acusados se negaron a declarar en el juicio y se mantuvieron relajados Santiago Oleaga fue acribillado en mayo de 2004 cuando acudía a un centro médico

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El fiscal de la Audiencia Nacional Fernando Burgos solicitó este jueves penas que superan los 111 años de prisión para los miembros del 'comando Erezuma' de ETA Luis Carrasco, Ibon Etxezarreta y Txema Makazaga, y para su colaboradora Oskarbi Jáuregui, acusados del asesinato en 2001 de Santiago Oleaga, director financiero de El Diario Vasco, que murió acribillado a balazos el 24 de mayo de 2001 en el aparcamiento del centro Matei, en San Sebastián, cuando acudía a recibir tratamiento médico. Los cuatro acusados se negaron a declarar y asistieron relajados, entre bromas y animadas charlas.

El fiscal rebajó su petición inicial y solicitó 47 años para Carrasco, al que acusa de ser el autor material de los disparos; 42 para Etxezarreta, que habría acompañado al anterior en la ejecución del crimen; 20 para Makazaga por transmitir las órdenes al comando, y 2 años y 10 meses para Jáuregui, acusada de falsificar la matrícula del coche utilizado. La Fiscalía pidió también indemnizaciones de 150.000 euros para la viuda y de 300.000 para cada uno de los dos hijos de la víctima.

Testimonios

Ante la determinación de los acusados de boicotear la vista, el fiscal solicitó que se leyesen las declaraciones que prestaron, tras ser detenidos, ante la Ertzaintza y el juez de la Audiencia Nacional que instruyó el caso.

En esos testimonios Luis Carrasco e Ibon Etxezarreta se implican mutuamente en el asesinato y señalan a Patxi Makazaga como la persona que les transmitió la orden, les facilitó el coche, los datos del domicilio y los hábitos de la víctima. Datos que Carrasco y Etxezarreta comprobaron en los días previos al atentado en varios seguimientos.

En el juicio declararon varios agentes del servicio de información de la Policía Vasca, que señalaron a Oskarbi Jauregi como la joven a la que vieron, durante un seguimiento, entregarle a Makazaga las llaves del Renault '5' que usó el comando en este asesinato.

Hasta el relato de los agentes, Etxezarreta, Makazaga y Jauregi habían asistido entre charlas, bromas y sonrisas al juicio, sentados dentro del habitáculo blindado de la sala. Pero cuando los agentes detallaron uno a uno sus movimientos y encuentros de los días previos al asesinato, se miraron entre sí con asombro e incredulidad. Luis Carrasco, estuvo separado de sus compinches.

En la vista intervinieron más de una docena de ertzainas y un médico que practicó la autopsia. De sus testimonios se deduce que, el día del crimen, Etxezarreta y Carrasco acudieron al centro médico a primera hora. La víctima llegó pasadas las nueve. Nada más bajar del vehículo se le acercó Carrasco, que le descerrajó tres disparos en el cuerpo, uno de ellos le atravesó el corazón. Oleaga pudo aún darse la vuelta y trató de huir, pero sólo pudo avanzar un metro. Cayó muerto boca abajo. Aún así, su verdugo le disparó otras cuatro veces en la cabeza para asegurarse de que no sobreviviría. Tras ejecutar la acción, Carrasco subió al coche donde le aguardaba su compañero y ambos huyeron.

En los registros practicados tras la desarticulación del 'comando Erezuma' en Zizurkil, Lasarte y Zaldibia, la Policía vasca encontró, además de armas y explosivos, un croquis del lugar del asesinato realizado a mano por Luis Carrasco.

En sus conclusiones, el fiscal alabó la «extensión y calidad» de la prueba practicada y señaló que «no hay ninguna duda de lo que ocurrió y cómo ocurrió y del papel que cada uno de los procesados jugaron en el homicidio». Fernando Burgos destacó que no existen contradicciones en las declaraciones de los agentes, que «van encajando como las piezas de un puzzle» y no dejan sombra alguna sobre el caso.