Economia

Más de seis millones de contribuyentes dejarán de pagar el IRPF el próximo año

La reforma que prepara el Gobierno contempla reducir de cinco a cuatro los tramos del impuesto y rebajar el tipo máximo, que ahora está en el 45% Las plusvalías, incluidas las anteriores a 1995, tributarán a un tipo único del 18%

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Más de seis millones de contribuyentes dejarán de pagar el impuesto de la renta (IRPF) con la reforma que tiene ultimada el Gobierno -la tercera que realiza la Administración central desde 1998-, cuyo anteproyecto será estudiado y aprobado hoy por el Consejo de Ministros. Incluye varias novedades respecto a las últimas pistas ofrecidas desde el Ejecutivo. La principal es que no está previsto bajar el tipo mínimo, situado en el 15%, pero a cambio se creará de facto un tipo 0' al subir las deducciones sobre la cuota -es decir, la cantidad por la que hay que tributar, inferior a los ingresos reales- y, al mismo tiempo, aumentar el mínimo exento hasta un nivel cercano a los 12.000 euros, si bien al final podría ser algo menor.

Esta era la última idea que manejaban en el Ministerio de Economía y Hacienda antes de cerrar el anteproyecto definitivo, y después de haberla pactado con sus socios parlamentarios para garantizarse el apoyo necesario en la tramitación del texto. Sin duda, es un cambio ambicioso que duplicaría el efecto recaudatorio de la reforma en marcha, en principio estimado en una merma de unos 2.500 millones de euros para las arcas públicas, y que superaría así los 3.800 que costó la última reforma del PP (2003). Este hecho ha llevado a la Administración a rebajar sólo en un punto (del 45% al 44%) el tipo máximo del IRPF, y a dejar la forma de liquidación del impuesto en cuatro tramos, uno menos que en la actualidad.

Ahorro a largo plazo

La idea de trasladar reducciones (que se aplican sobre la base imponible, es decir los ingresos totales) al capítulo de deducciones (que se hacen sobre la cuota, la cantidad por la que finalmente se tributa) se aplicará a los planes de pensiones y otro tipo de aportaciones a sistemas de previsión social -los gastos en dependencia quedarían libres de impuestos-. Así, se establecerá una exención para las viviendas que se dediquen a «renta vitalicia» (es decir, que se vendan para destinar ese dinero como complemento de la jubilación). Además, se bonificarán las hipotecas inversas, por las que la entidad financiera paga una renta periódica tras finalizar la edad laboral a cambio de quedarse después con la casa.

El nuevo IRPF comprenderá un amplio catálogo de productos de ahorro previsión, que recibirán un trato fiscal favorable. En caso contrario, se les aplicaría el tipo general de las plusvalías, que se va a unificar en el 18% -salvo para los planes de pensiones, donde habrá un solo límite deducible para los de carácter privado y los de empresas, y se reducirá hasta unos 15.000 euros-.

Este nuevo referente se aplicará todas las ganancias generadas en más de un año, mientras que aquellas con menos tiempo se regularán por el régimen general, y además se introducirá un mínimo exento de unos 3.000 euros.

Liquidación de fondos

Para los productos del ahorro (acciones, obligaciones o depósitos) contratados antes de 1995, que disfrutaban de un tratamiento preferencial gracias a la aplicación de una serie de coeficientes correctores, se limitan sus privilegios en el tiempo. De esta forma, quedarán exentas las ganancias generadas entre el 31 de diciembre de 1994 y el 1 de enero de 2007 (cuando entrará en vigor la reforma), mientras que a las que se produzcan a partir de esa fecha se les aplicará el mismo tipo único que al resto. Este hecho puede provocar una liquidación masiva de fondos, y en menor medida inmuebles, durante este año para aprovechar las últimas ventajas.