Tres modestos que hincaron el diente a los merengues
Contra todo pronóstico, Celta, Racing y Osasuna lograron maniatar al Real Madrid y sacar algo positivo del Bernabéu, cada uno a su manera
Actualizado: GuardarSeguro que los vídeos de estos partidos los ha analizado el cuerpo técnico cadista. En ellos se guardan las claves para que un equipo modesto pueda asaltar el fortín del Bernabéu, que ya no tiene el lustro de antaño.
Celta y Racing de Santander ya vencieron a los madridistas en su propia casa, y el sorprendente Osasuna consiguió un punto pese a jugar más de una hora con un hombre menos. Cada uno lo hizo a su manera, pues los entrenadores son distintos y las plantillas muy diferentes pese a que todas coinciden en una cosa: son inferiores a su rival.
Para empezar, el Real Madrid sufre cuando el balón no le llega a los delanteros, a las estrellas. Por eso, estos tres equipos apostaron por quitarle la pelota y agigantar la presión en la medular. Eran los tiempos en que Guti, o no jugaba o no estaba en su mejor forma. Precisamente el canterano es quien consigue que el cuero llegue franco a Robinho, Beckham y Zidane para que ellos inventen en el área.
Totalmente contrario a esto es defender demasiado atrás, pues el equipo de López Caro tiene suficientes recursos para acabar con el cerrojazo. Disparos lejanos, regates, faltas directas,... los que fueron a aguantar el 0-0 salieron goleados.
Otro factor importante es no fallar de cara a puerta. Pocos equipos tienen más de tres ocasiones en el campo madridista, y tienen que entrar al menos dos porque el Madrid siempre logra algún gol. Fue el fallo del Getafe, superior a los merengues pero sin acierto en el remate. Celta, Racing y Osasuna fueron contundentes ante la portería de Casillas.
Un detalle fundamental es perderle el respeto al Real Madrid y no quedar impresionado ni con el estadio ni con los jugadores. El Osasuna planteó una batalla física, terreno en el que es superior, y consiguió buenos resultados.
Y por supuesto, aguantar la primera media hora. El público comenzará a impacientarse si ve que el gol no llega. Todo esto, combinado con alguna ayuda del árbitro y de la diosa Fortuna, es necesario para hincar el diente a los merengues.