Disparos al vacío
Christian Slater y Tara Reid deambulan en una inane adaptación de un videojuego
Actualizado: GuardarUn guión flojo puede ser un pecado venial en una película de acción o de terror, géneros que pueden llegar al espectador con éxito si manejan con eficacia la tensión y el ritmo, sin necesidad de mostrar una coherencia absoluta en el relato. En estos casos, la historia es una simple excusa para que el público se rinda ante un rosario de imágenes espectaculares y buenos sustos, virtudes de las que carece Alone in the Dark. Su director, Uwe Boll, ya demostró su poca pericia con House of the Dead, otra prescindible adaptación de un videojuego.
Estamos ante un refrito ochentero, trufado de lugares comunes con olor a alcanfor, que no llega a rozar la categoría de entretenimiento. Christian Slater, héroe de pecho depilado emperrado en verbalizar lo que ocurre en la pantalla, intercambia diálogos de parvulario con la actriz Tara Reid, eficaz muy a su pesar en el rol de mujer florero.
Un perdido Stephen Dorff corrobora con su papel de tipo duro estereotipado que le han hecho una faena invitándole a la fiesta. Un desperdiciado trío de actores jóvenes, en aparente decadencia, que no tienen ni idea dónde se han metido. Quizás el director entienda algo de lo expuesto gracias a datos que desconocemos y sólo permanecen en su cabeza. Narratividad nula.
Sucesos irracionales
En la caótica trama, un investigador de sucesos paranormales (Christian Slater) se ve inmerso en una cadena de sucesos irracionales. Han desaparecido diecinueve personas que comparten una cosa en común: todos crecieron en el mismo orfanato.
Tratando de encontrar respuestas, el perplejo protagonista recurre a una antigua novia antropóloga (Tara Reid). Junto al líder de un comando de operaciones especiales (Stephen Dorff) tendrá que enfrentarse a un oscuro enemigo que amenaza el futuro de la humanidad.
La lucha entre el bien y el mal, al servicio de un título que cumple con los requisitos necesarios para ser un buen ejemplo de por dónde no deben ir los tiros en el género de acción, que con Alone in the Dark sufre un nuevo bandazo, de difícil asimilación.
Por favor, que alguien le diga al director Uwe Boll que se dedique a otros quehaceres diarios en beneficio de los amantes del cine espectáculo.