«Compramos un apartamento y el constructor no cumplió»

Muchos son los ciudadanos de la provincia que se han visto obligados a poner denuncias en las oficinas municipales de atención a los consumidores u otras entidades ante servicios deficientes o defectos en productos.

Este es el caso de David Chamorro, un joven al que hace dos años su antigua compañía de telefonía móvil le negó realizar una portabilidad alegando que los faxes que enviaba para hacer la operación no llegaban a la oficina de atención al cliente. «Por último ya me dijeron que no me la iban a dar porque yo gastaba mucho dinero y no les convenía perder a un cliente como yo». Al final, el joven compró otro teléfono con un nuevo número en la compañía en la que estaba interesado y puso la denuncia correspondiente de la que aún no ha tenido respuesta.

Por su parte, Juan Caro fue víctima de un fraude inmobiliario que le costó mucho dinero. «Compramos un apartamento multipropiedad en Benalmádena y al tiempo quisimos venderlo, a lo que se comprometió la empresa. Pero los años han ido pasando y nos han seguido descontando la letra hasta acabar de pagarlo y el constructor no ha cumplido su parte. Con tal circunstancia fui a la Oficina del Consumidor a poner una reclamación pero allí nos enteramos de que la empresa había desaparecido y nadie sabía nada de la persona que nos había vendido la propiedad».

Otra situación no tan grave pero molesta fue la que vivieron las 96 familias de la calle Camarón de la Isla de Barbate. La promotora de sus viviendas les garantizó el arreglo de las averías durante diez años pero varios después de la entrega de los pisos hubo un problema en el suministro de agua que costó varios miles de euros a los vecinos. La asociación de vecinos interpuso una reclamación a la promotora y aún están esperando una repuesta.