Desde la animación a la pornografía

Algo más reservado al ámbito íntimo, al ordenador de casa donde menos gente puede juzgarte, es el catálogo de imágenes eróticas o abiertamente pornográficas que prospera por internet. La red es el sitio ideal para descargarse fondos y protectores en los que observar las lindezas del cuerpo humano. A menudo reenviadas constantemente en clave de humor a través del e-mail, Carmen ha elegido una serie de sugestivas visiones de Brad Pitt para su PC de casa. «Lo puse sencillamente porque está buenísimo y es la mar de agradable verle, la verdad», sentencia.

Algo más duras son las imágenes de sexys mujeres adosadas a coches deportivos o seleccionadas en concursos de camisetas mojadas. Una debilidad que habitualmete confiesan sólo los más jóvenes. Compañeros de piso, sobre todo.

Entre las alternativas eróticas prosperan con especial ahínco las parapetadas detrás de la animación japonesa. El manga y sus maravillosas y perfectas criaturas -sin genitales visibles, por supuesto- es uno de los sistemas preferidos para mostrar imágenes abiertamente sexuales sin contar con el pudor de los demás. «Uff, si fuera una chica de verdad no podría ponerla, sería demasiado tener algo así en el trabajo», asegura Alberto, como dice, un verdadero «freak».