La reforma del Mercado de Abastos sólo recoge mejoras en los techos
El presupuesto local destina una partida de 24.000 euros para las obras El proyecto no observa el arreglo del patio interior y de las cañerías
Actualizado:Los importantes proyectos que maneja el Gobierno local para el año en curso incluyen la reforma del Mercado de Abastos, una de las demandas más solicitadas tanto por comerciantes como por la propia ciudadanía que acude en masa a estas instalaciones.
Un proyecto de remodelación que se inició a principios de los años noventa siempre manteniendo la especial fisionomía del edificio, cuya construcción data del siglo XVIII, por lo que es uno de los lugares históricos de la ciudad puertorrealeña.
Así, la primera fase de reformas se acometió en el año 1.998, cuando se procedió a arreglo de las bóvedas y la rehabilitación del interior, al adecentamiento de los locales comerciales y a una mejora de los servicios básicos. Desde entonces, a pesar de que la segunda fase de remodelación se ha ido aprobando sucesivamente en los distintos presupuestos municipales, a excepción del pasado, los comerciantes reivindican la necesidad de acometer cuanto antes las obras necesarias para el acondicionamiento de este espacio.
La segunda fase
De estas partidas destaca especialmente la prevista en el 2004, cuando la previsión para invertir en el Mercado era de 90.000 euros, cantidad que finalmente no se utilizó para la reforma de esta espacio. Una cuantía eminentemente superior a los 24.000 que se han previsto para este año, donde sólo se podrá afrontar el arreglo de los techos, con boquetes que provocan una humedad constante en épocas de lluvias.
Por tanto, de la segunda fase de remodelación prevista aún quedará por ejecutarse el arreglo del patio interior de la plaza, donde, con las lluvias, se produce una concentración de aguas fecales y excrementos, y la mejora de las tuberías y alcantarillado del patio, hecho que se debe a la petición de los comerciantes de agrandar sus superficies por el lado trasero. Además, los comerciantes solicitaron un antideslizante para el resbaladizo suelo y un mayor servicio de limpieza.
Uno de los mayores inconvenientes trata de la negativa de los tenderos a abandonar sus puestos de trabajo mientras se produce la remodelación, ya que consideran que afectaría negativamente a sus sustento de vida.