JOSÉ ANTONIO PÉREZ AFECTADO DE COLITIS ULCEROSA

Un 'biochip' permitirá predecir la evolución de la enfermedad de Crohn

El dispositivo, una herramienta de diagnóstico desarrollada en el País Vasco, dará calidad a los pacientes

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La terapia a la carta esta cada día más cerca. Un biochip de ADN, que es una pequeña placa de laboratorio que contiene información genética del enfermo, permitirá a los médicos predecir, con un alto porcentaje de acierto, cómo evolucionará la inflamación intestinal de sus pacientes. Un simple muestra de sangre bastará para saber si una persona afectada por la enfermedad de Crohn tendrá que ser sometida finalmente a una intervención quirúrgica o si otra con colitis ulcerosa corre el riesgo de que le sea extirpado el colon.

El chip biológico ha sido desarrollado por la empresa vasca Progenika Biopharma y probado en casi seiscientos pacientes del hospital Clínico de Barcelona, el Central de Asturias, el Clínico de Santiago de Compostela y el centro Gonzalo Blesa, de Zaragoza. El Ministerio de Sanidad ha dado ya el visto bueno para la utilización de esta nueva herramienta de diagnóstico, que confiere un porcentaje de éxito en sus predicciones que oscila entre el 60% y el 70%. Aunque pueda parecer lo contrario, los niveles de acierto que garantiza la prueba resultan muy elevados; más aún si se tiene en cuenta que la evolución de la enfermedad inflamatoria intestinal depende no sólo de cuestiones meramente físicas, sino también del ritmo de vida, las costumbres e incluso el manera en que se afronta la patología.

Edades tempranas

Más de 100.000 españoles padecen alguna de las formas de este problema de salud, cuyas variantes más conocidas son la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa. Ambas patologías tienen varios aspectos en común. Son incurables, aunque pueden manejarse con un tratamiento determinado; se caracterizan por la inflamación del intestino y se manifiestan con brotes que anuncian la aparición o el empeoramiento de la dolencia.

La mayoría de las veces, una y otra enfermedad llegan cuando el paciente tiene de 15 a 30 años, aunque cada vez aparecen en edades más tempranas. No causan la muerte, pero pueden resultar muy incapacitantes para los enfermos, que en muchas ocasiones, en función del grado de afectación, acaban teniendo que dejar el trabajo.

La de Crohn puede prolongarse en realidad desde la boca hasta el ano, según explicó ayer el gastroenterólogo del Clínico de Barcelona Miquel Sans, que ha dirigido el estudio multicéntrico. Fiebre, desnutrición, pérdida de apetito, incontinencia fecal y diarreas son sus manifestaciones más comunes. La colitis ulcerosa castiga, sin embargo, la parte interna del colon, su mucosa.

El biochip desarrollado en el País Vasco es un instrumento válido sólo para España porque está construido sobre la base genética de los españoles, pero sus impulsores consideran que ésta es una «tecnología exportable». El equipo de Miquel Sans ha propiciado la creación de una red europea con centros de ocho países y coordinará dos investigaciones similares en Estados Unidos y Japón.

Los promotores de la investigación se mostraron ayer satisfechos con los resultados obtenidos. «No tenemos una bola de cristal para adivinar el futuro, pero sí una buena herramienta de diagnóstico».