'Menudo' Zapatero
El presidente del Gobierno responde a los alumnos del instituto de Jabalcuz de Jaén sobre el Estatuto catalán, la ley contra el tabaco, las relaciones con la Iglesia, sobre lo que hará cuando deje la Presidencia y sus aficiones
Actualizado: GuardarD ebían de estar bien aleccionados o simplemente la visita que iban a recibir les impresionaba de tal manero que cada uno de los alumnos permanecía quieto en su pupitre sin dar una voz más alta que la otra. Ésa es la imagen que se encontró ayer el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando entró al aula en el que le aguardaban los estudiantes del instituto Jabalcuz, en Jaén capital. Un centro elegido por su reciente incorporación a la red de centros TIC, a través de la cual, existe un ordenador por cada dos alumnos.
Al principio, la situación era extraña. Zapatero entró junto con el presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, y se sentó en una especie de estrado, preparado para la ocasión, y situado justo frente a los alumnos. La idea era que los estudiantes, todos ellos de cuarto de ESO y primero de Bachiller, sometieran al presidente a una entrevista en grupo. Alguien comenzó rompiendo el hielo con una pregunta y desde ese momento Zapatero no daba abasto para responder todo lo que los estudiantes se habían preparado ya de antemano.
«Hace unos días nos preguntaron los profesores que quienes de nosotros queríamos estar en la entrevista con Zapatero, porque hay gente a la que le da un poco de vergüenza. Y a los que dijimos que sí nos avisaron para que nos preparásemos preguntas que fueran interesantes», dice Pedro Antonio López, de 16 años y alumno de primero de Bachiller.
Él fue quien hizo una de las preguntas más comprometidas para el presidente. «Le he preguntado que qué entiende por nación», explica el adolescente. A lo que Zapatero respondió que es «jurídicamente correcto que el término nación se reserve para España, aunque el sentimiento de identidad nacional en Cataluña es perfectamente compatible con lo que representa ese concepto de nación en términos jurídicos».
Silencio
Pero no todas las preguntas fueron tan complicadas como ésa, otros alumnos decidieron adelantarse a lo que puede ocurrir algún día. Álvaro Cabrerizo, también de 16 años y alumno de primero de Bachiller, se interesó por lo que hará el presidente del Gobierno cuando deje de ocupar tal puesto. «Permanecer en silencio», esa fue la respuesta de Zapatero, que añadió que «un presidente tiene que dedicar toda su pasión e intensidad a esta labor, pero cuando deja de serlo debe hacerlo de manera real y absoluta».
También las políticas más recientes que se han llevado a cabo desde el Gobierno socialista tuvieron protagonismo en la conversación de ayer, aunque parte de los interlocutores de no demasiada edad sí demostraron estar puestos en actualidad. La inmigración, el tabaco o la religión fueron algunas de las cuestiones por las que se interesaron los estudiantes.
«El fenómeno de la inmigración es positivo, siempre que se realice de forma legal y ordenada es un signo de progreso y de tolerancia», dijo el presidente, al tiempo que recordó aquellos tiempos en los que los españoles también tuvieron que emigrar. En lo que se refiere al tabaco, se mostró duro y no descartó una actitud «mucho más contundente» ya que, «incluso los fumadores han comenzado a tener conciencia de que el tabaco es nocivo».
Y sobre la religión, Zapatero dijo que a pesar de la buena relación con la Iglesia católica, «la fe no se legisla porque los valores cívicos establecen que no hay ninguna moral ni religión que se pueda imponer en las leyes».
Con su mujer e hijas
También la vida del presidente pareció resultar de lo más interesante para los alumnos que interrogaron a su visita a qué se dedica cuando tiene tiempo libre. Y la respuesta fue a la familia. El presidente confesó que disfruta desayunando y cenando con su mujer y sus dos hijas, algo, que según dijo, hace habitualmente. Aunque también el deporte, la lectura y la pesca son otras de sus aficiones, a pesar de que esta última sólo la ha practicado una vez desde que es presidente.
Al final, más de media hora estuvieron los chiquillos preguntando y parece ser que quedaron satisfechos porque «esperábamos que fuese todo más formal y se ha acercado a nosotros, ha sonreído e incluso ha bromeado», comentaban Álvaro y Pedro al salir de clase, y se mostraban conscientes de lo que habían vivido era importante.
«A mí Zapatero no es que me guste mucho, pero estar con un presidente del Gobierno es una experiencia que no se repetirá en la vida», reconocía uno de los alumnos y el otro confesaba que se alegraba de la visita por la reforma del mobiliario hecho en el colegio.