El Gobierno de Bush, derrotado por una ley federal que permite la eutanasia en Oregón
Desde que fue aprobada la ley, en 1997, hasta 200 pacientes la han invocado para que se les recetara las drogas letales que necesitaban
Actualizado: GuardarLa administración Bush no puede impedir que los médicos ayuden a enfermos terminales a acabar con su vida mediante el uso de fármacos letales, en lo que constituye la única ley en la nación que permite el suicidio asistido, implantada en Oregón desde 1997, según ha sentenciado hoy el Tribunal Supremo.
En una derrota lacerante para la administración conservadora, el Alto Tribunal decidía por 6 votos a 3 que la interpretación dada a la ley federal en 2001 por el entonces fiscal general John Ashcroft, que buscó prohibir las sustancias necesarias para la eutanasia asistida, atenta contra la propia ley de Oregón que las permite, conocida como la Ley para la Muerte con Dignidad, en dos ocasiones aprobada por la mayoría de los votantes de dicho estado federal de los Estados Unidos, y utilizada desde 1997 en unos 200 casos.
Según dicha ley, los enfermos terminales que deseen ser asistidos para acabar con su vida deben presentar un certificado firmado por dos médicos en que se recoja que el paciente adopta su decisión en plenas facultades mentales y que al mismo le quedan menos de seis meses de vida. La receta para obtener las drogas letales es entonces dictada por el médico, y los enfermos pueden administrárselas a sí mismos.
A juicio de Ashcroft, asistir a una persona que quiere suicidarse no es un propósito sanitario legítimo que pueda ser amparado por la Ley de Control de Sustancias, y sostuvo en su día que prescribir medicamentos con ese fin atentaba contra dicha ley federal, por lo que su nueva regulación pretendía revocar las licencias de los médicos y farmacéuticos que contribuyeran a proporcionar las drogas letales a los enfermos terminales.
En el momento actual, la mayoría de los jueces del Tribunal Supremo ha decidido que la Ley de Control de Sustancias no puede imponerse a la propia de Oregón en esta materia, por lo que no puede prohibir tampoco a los médicos que receten las drogas necesarias para la eutanasia, prescritas en la ley del estado federal.