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La sonda 'Stardust' deposita con éxito su carga de polvo cósmico

Las muestras cometarias contenidas en su cápsula serán investigadas por más de 180 científicos internacionales, según anunció ayer la NASA

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Una cápsula con polvo cósmico recogido por la sonda Stardust durante un recorrido de siete años en los confines del Sistema Solar se posó ayer en el desierto de Utah, al culminar una de las mi-siones científicas más exitosas de la NASA.

El receptáculo, de unos 46 kilos de peso, descendió sobre las arenas de un campo de pruebas de la Fuerza Aérea de EEUU y fue recogido de inmediato por científicos que llegaron hasta el lugar en helicópteros especialmente habilitados para la operación.

El último capítulo de la misión Stardust (polvo de estrellas) co-menzó de madrugada, cuando, a las 05.57 GMT, la sonda se desprendió de la cápsula, que ingresó en la atmósfera terrestre a más de 46.000 kilómetros por hora.

El paracaídas se abrió poco después y, con el contacto con tierra de las cápsula segundos después de las 10.10 GMT, terminó una operación que fue tan precisa como la del proyectil Deep Impact, que el año pasado se estrelló contra el núcleo de un cometa.

Mientras la cápsula descendía a tierra, su nave nodriza, la sonda espacial, realizaba una última modificación de su trayectoria y enfilaba rumbo al Sol donde permanecerá para siempre en una órbita circular.

«Diez años de planificación y siete años de vuelo tuvieron su culminación cuando recogimos nuestra cápsula», señaló alborozado Tom Duxbury, director del proyecto Stardust en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena (California). Durante ese enorme recorrido, la sonda giró tres veces en torno al Sol, pasó más allá de Marte y llegó hasta la mitad de la distancia que media entre la Tierra y Júpiter.

«El proyecto Stardust ha entregado a la comunidad científica internacional un material que no ha sido alterado de ninguna forma desde que se formara nuestro Sistema Solar», hace 4.500 millones de años, agregó Duxbury.

El científico indicó que éste ha sido un final «enormemente feliz» ante una expectativa que era «enorme».

«Nos sentíamos como los pa-dres que esperan a un hijo que nos abandonó joven e inocente y que ahora vuelve con las respuestas más profundas sobre nuestro Sistema Solar», señaló.

Para Peter Tsou, subdirector de Investigaciones de JPL, «éste era el día que esperábamos desde los primeros años del decenio de 1980» cuando se comenzó a concebir la misión en la Administración Na-cional de Aeronáutica y del Espacio de EEUU (NASA).

Don Brownlee, investigador principal de la misión Stardust, indicó que «ver la cápsula indemne y de regreso es un logro gigantesco».

En su largo viaje de más de 4.600 millones de kilómetros a través del Sistema Solar -partió el 7 de febrero de 1999 desde el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral (Florida)-, la sonda utilizó una extensión similar a una raqueta de tenis para capturar muestras de polvo interestelar.

Los principales ejemplares de muestra fueron recogidos en enero de 2004, cuando Stardust pasó a unos 260 kilómetros del cometa Wild-2. «Con la información que habíamos recogido en el encuentro con Wild-2 ya teníamos información científica notable», dijo Brownlee.

Gran día para la ciencia

Según los astrónomos, los cometas, así como los asteroides, son cuerpos originales de la creación del Sistema Solar que se mantienen sin cambios en su eterno recorrido elíptico por el cosmos.

«Con el retorno de las muestras cometarias podremos trabajar con los verdaderos materiales que dieron forma al Sistema Solar. Este es un gran día para la ciencia», afirmó Brownlee, investigador de la Universidad de Seattle, en el estado de Washington.

En estos momentos, la cápsula con su preciosa carga guardada en un contenedor especial espera, en la instalación de la Fuerza Aérea en Utah, su traslado al Centro Espacial Johnson de la NASA en Houston (Texas).

Esas muestras de polvo interestelar y partículas de cometas serán examinadas por, al menos, 180 científicos de todo el mundo, según informó hoy la NASA.

Además del provecho que le saquen los científicos, el aterrizaje del Stardust fue todo un espectáculo para curiosos y aficcionados gracias a la carga que se hallaba contenida en la cápsula. Al entrar ésta en contacto con la atmósfera provocó un destello - con un brillo similar al del planeta Venus- que pudo contemplarse a simple vista virtualmente en toda la región occidental del país. Dicho destello -como anunció el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena (California)- se produjo en el momento exacto en que la cápsula produzco un choque molecular atmosférico a 46.440 kilómetros por hora, una velocidad que superaró la registrada en mayo de 1969 al reingresar la nave espacial Apolo X.