El Barcelona sufre para ganar a un Athletic que fue más batallador
Los de Rijkaard completan la mejor primera vuelta de su historia El portugués Deco fue expulsado tras agredir al bilbaíno Gurpegui
Actualizado: GuardarEl Barça alcanzó su duodécimo triunfo consecutivo en la Liga tras derrotar en un mediocre encuentro al Athletic de Bilbao. Los azulgrana, que sufrieron en exceso durante la primera mitad, solventaron su compromiso gracias a un espectacular arranque tras el descanso coronado con el tanto de la victoria anotado por Messi. Clemente no se anduvo por las ramas. Tras el varapalo copero, el técnico vasco optó por echar mano de su libreto más ultradefensivo. Dos líneas de cinco protegían a Lafuente mientras Llorente era el islote ofensivo.
Su estrategia contó con un inesperado aliado. Rijkaard había lastrado a su equipo. Con Van Bommel en lugar de Iniesta, el Barça quedaba atrapado en el enjambre visitante. Los azulgrana andaban despistados. Gio evidenciaba esa falta de concentración permitiendo que Etxeberría tuviese una autopista por su banda. Gracias a labor del extremo vasco, se sucedían las faltas y las acciones a balón parado. En ese escenario, Llorente se encontró en su salsa. Tras dos avisos, el gigantón acarició suavemente un centro de Yeste para acallar al Camp Nou.
El Barça estaba desconocido. Las ocasiones se repartían. Valdés salvaba un remate de Etxeberría. Lafuente, uno de Eto'o. Tras un disparo en propia puerta de Llorente, el asistente de Teixeira Vitienes divisó una media zamorana de Amorebieta en el área pequeña. Ronaldinho convertía el penalti justo antes de que Llorente errase un solitario cabezazo a dos metros de la meta de Valdés.
Vuelta de tuerca
La reanudación descubrió a un Barça enrabietado. A los azulgrana les bastó darle una vuelta de tuerca a su motor para encadenar ocasiones. Messi desnivelaba el resultado tras un rechace de Lafuente a disparo de Van Bommel. El holandés era la principal fuente de remates local. El Barça había capeado el temporal gracias a su fortaleza mental. Ante tal mediocridad, el partido fue languideciendo con absoluta parsimonia lastrada por una inexplicable acción de Deco. El luso reaccionó de forma desproporcionada tras un agarrón de Gurpegi agarrandole por el pelo. Una fea acción para un mediocre partido.