Un desfile de modas realizado por y para prostitutas eclipsa el cierre de la Semana de la Moda de Río de Janeiro

La moda de la calle

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Un desfile de moda realizado por prostitutas en una céntrica calle de Río de Janeiro robó público a la Semana de la Moda que concluyó ayer en esta ciudad brasileña. Mientras la modelo Giselle Bündchen concentraba las expectativas de selecto público y afamados diseñadores alrededor de una pasarela montada en el Museo de Arte Moderno (MAM), a la misma hora un callejón empedrado frente a la Plaza Tiradentes servía de escenario para el desfile de Daspu, la denominada marca Das putas.

Las modelos de Daspu, todas trabajadoras sexuales, exhibieron creaciones llamativas bautizadas, por ejemplo, Batalla (para la actividad diaria), Esparcimiento (para la playa y el descanso), Fiesta (para veladas y carnaval) y Activismo (para campañas y manifestaciones).

Alrededor de 500 personas se apiñaron como pudieron en el callejón salpicado con rojos pétalos de rosa, mientras puestos de venta ofrecían camisetas producidas por Daspu con llamativas inscripciones como «So-mos malas Podemos ser peores», «Las mujeres buenas van al cielo, las malas van a cualquier parte» y «Pu Davida».

Música electrónica y de percusión animó la fiesta promovida por la organización no gubernamental Davida, que administra Daspu, cuida de los derechos civiles de unas 4.500 prostitutas y desarrolla programas de prevención contra dolencias sexualmente transmisibles.

Marca registrada

El interés despertado por Daspu desde su lanzamiento, en diciembre pasado, valió a sus creadoras el permiso para abrir un puesto de promoción de la marca y la venta de camisetas en el Museo de Arte Mo-derno, donde se concentran las actividades de Fashion Rio, la tradicional Semana de la Moda.

La ONG Davida tiene como bandera la defensa de un proyecto de ley que plantea el reconocimiento de la prostitución como un oficio igual a cualquier otro, para que las profesionales del sexo tengan los mismos derechos que el resto de los trabajadores.

Daspu es un ingenioso juego de palabras que comprime, por un lado, la expresión portuguesa Das putas (de las putas), e ironiza, por otro, con Daslu, nombre de un centro comercial de Sao Paulo, auténtico templo consagrado al lujo, donde los millonarios pueden comprar desde ropa y joyas hasta automóviles y yates.