Carlos Moyá se lamenta tras un fallo. REUTERS
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La derrota de Moyá marca la jornada de los españoles en el Abierto de Australia

Siete de los 13 representantes que han competido hoy han logrado salvar el siempre difícil primer escollo del comienzo de un Grand Slam

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La derrota de Carlos Moyá, finalista en 1997, marcó la jornada española en el Abierto de Australia, donde siete de los 13 representantes que han competido hoy han logrado salvar el siempre difícil primer escollo del comienzo de un Grand Slam.

Para Moyá, de 29 años, perder contra el talentoso jugador rumano Andrei Pavel, por 6-4, 7-6 (5), 4-6, 3-6 y 6-4, en casi cuatro horas fue un duro golpe. Mas por la forma que por el resultado en sí, pues la suerte del partido se decidió prácticamente en dos "malos juegos", como así apreció el jugador mallorquín, y porque supone una oportunidad perdida más, quizás de las últimas, que "Charly" podrá disfrutar en Melbourne.

Carlos se había preparado este año para esta primera cita como pocas veces. Siete semanas de pretemporada, vigilancia al máximo en su alimentación con una rebaja de cinco kilos y una máxima determinación, jugar a tope, tal y como hizo en Madrás, donde alcanzó la final ante el croata Ivan Ljubicic, eran sus premisas para intentar avanzar lo más posible en este torneo, uno de sus favoritos.

Pero los tres días de inactividad para descansar de la lesión en la cadera que le hizo retirarse tras superar en la primera ronda de Sydney al francés Sebastien Grosjean le pasaron factura. Errático con su saque, sufriendo en cada juego que le tocaba servir, con 66 golpes fallados, el mallorquín se desinfló en los dos últimos del quinto set contra Pavel, después de haber luchado para remontar las dos primeras mangas, y también un 4-1 en la quinta.

No a la Davis

El fiasco le hace, no solo mantenerse en su decisión de no acudir si se produjera, a la llamada del capitán de Copa Davis Emilio Sánchez, para la eliminatoria contra Bielorrusia en Minsk el próximo mes, sino también reconocer que el tiempo pasa y que sus oportunidades de repetir la hazaña de 1997 en Melbourne son escasas.

"Obviamente cuanto mas pasa el tiempo, mas difícil es. Aparte hay jugadores jóvenes que van llegando", dijo Moyá al respecto. "Había hecho siete semanas de pretemporada algo que no hacía des hace mucho tiempo, había llegado muy bien preparado. Es un palo fuerte, pero si tienes dos semanas buenas, luego puede haber sorpresas. Pero las oportunidades son cada vez menores", comentó sobre Melbourne.

Sus razones sobre la Copa Davis son claras. Sabe que no puede rendir al cien por cien, y también que tiene por delante de él a otros compañeros que si disponen ahora de mayor ambición y fe en si mismos. "Está muy cuesta arriba y ahora mismo, de momento, no. Tienen que cambiar bastantes las cosas para que vuelva al equipo. Cada vez me cuesta mas estar a este nivel, y aparte como esta el calendario se complica bastante. Si no juego la primera ni la segunda eliminatoria y se llega a semifinales, no es lo suyo entrar en el equipo".

"Creo que la Davis es lo mejor que me ha pasado en mi vida, las sensaciones que tuve ahí no las experimenté, ni ganando un Grand Slam, ni siendo numero uno del mundo. Es algo que siempre estará ahí, el último recuerdo que tengo de la Davis es ese. Es una competición muy cruel, porque las derrotas afectan más que en cualquier otra. Pero tener ese recuerdo final es perfecto. Si vuelvo al equipo será porque me encuentro a tope y preparado".

García López gana a Dent

Su derrota se enjuaga con la gran victoria del albaceteño Guillermo García López ante el estadounidense Taylor Dent, 27 favorito, un jugador de gran servicio al que el de La Roda anuló para ganar por un contundente 7-6, 6-3 y 7-6, que le empareja ahora con el francés Julien Benneteau.

También estuvo afortunado el valenciano David Ferrer, el mejor español en la lista mundial, y que parte como undécimo favorito, que venció al francés Florent Serra, por 4-6, 6-3, 6-1 y 6-4. Además Feliciano López (31) se quitó de en medio al alemán Thomas Behrend por 6-2, 7-5 y 6-3, y Tommy Robredo (16) al checo Jiri Vanek por 6-4, 7-6 y 6-3.

En el cuadro femenino, la barcelonesa Conchita Martínez Granados inauguró su apartado de victorias en Melbourne después de tres intentos baldíos, con un triunfo de renombre ante la japonesa Ai Sugiyama, por 6-4 y 6-3, y Virginia Ruano hizo lo propio ante Lourdes Domínguez Lino, por 6-2 y 7-6, para sumar su partido individual número 40 ganado en el Grand Slam.

A ellas se sumó la valenciana Arantxa Parra Santonja que superó a la rusa Tatiana Panova, por 4-6, 7-5 y 6-1, con lo que tres españolas figuran ya en la segunda ronda, haciendo olvidar el mal sabor del pasado año, donde ninguna de las ocho participantes lograron dar el salto.

Además de la derrota de Moyá, la de la valenciana Anabel Medina ante la checa Zuzana Ondroska, dejó huella. Sobre todo porque la número uno española viene de ganar en Camberra su quinto título profesional. Pero Anabel notó la diferente altitud y ante una jugadora peleona sucumbió por sus propios errores.

Se fueron en el primer día, Albert Montañés ante el suizo Stanilav Wawrinka, Fernando Vicente contra el checo Jan Hernych y Oscar Hernández contra el surafricano Wesley Moodie.