«Muchos aún se están pensando dar ese paso»

José Coronil Álvarez es homosexual, español y presidente de Arcadia, una asociación que acoge a más de 100 gaditanos en defensa de la libertad sexual. Tres denominaciones que lleva con satisfacción desde que el Gobierno permite la unión oficial entre personas del sexo. «Ahora somos el orgullo de Europa. Ni Londres, ni París, ni Roma están tan avanzados democráticamente. Aunque no hay que olvidar que para que esta ley fuera una realidad hemos tenido que luchar mucho y pasar muy malos ratos», afirma.

José recuerda aún cómo le temblaban las piernas cuando en Las Ramblas barcelonesas huía de «los grises» tras manifestarse ilegalmente por la igualdad de derechos a principios de la década de los 70. Ahora, las cosas han cambiado. Incluso puede casarse, aunque sólo una mínima parte de los homosexuales han decidido plantarse ante el juez. «Aunque los que nos llaman locas temieran que íbamos a ir como locos a casarnos tras aprobarse la ley, lo cierto es que los homosexuales somos gente por lo general muy inteligentes y reflexivos, y muchos están aún pensándose dar ese paso tan importante», explica.

Ese es uno de los principales motivos del bajo índice de enlaces homosexuales, aunque también existan algunos menos positivos. Según los representantes de algunos de estos colectivos, aún persiste en la sociedad española una cierta resistencia a aceptar la homosexualidad en algunos ámbitos. «A veces hacerlo público te complica la vida. Otros prefieren no disgustar a algunos seres queridos. Nosotros luchamos por que todo se haga a la luz, pero en ciertos ambientes es difícil. Aquí en Cádiz, por ejemplo, hay muchos gays dentro de las cofradías que se callan por miedo a ser marginados», afirma José.

Un problema contra el que batallan diariamente los homosexuales más activos, con la ayuda desde hace poco de gays de gran relevancia social. «La boda de Jesús Vázquez y Pedro Zerolo ha sido un gran paso para animar a otros a salir de los armarios», concluye José.