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Sociedad

Las instituciones del Estado respaldan a la futura heredera

La Casa Real reviste el bautismo de la primogénita de don Felipe de una intencionada solemnidad

MARTA SUÁREZ/MADRID
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La infanta llamada a ser la heredera de la Corona y futura reina de España tras el príncipe Felipe fue bautizada en una ceremonia revestida de una especial solemnidad por la asistencia de los representantes de los principales poderes y las altas magistraturas del Estado, que con su presencia resaltaron el alto rango de la séptima nieta del Rey.

Leonor de Todos los Santos, segunda en la línea sucesoria, será la primera heredera de la historia democrática de España, a pesar de que los partidos políticos todavía no han puesto en marcha la reforma constitucional requerida para derogar el artículo 57.1 que impediría a la infanta acceder al trono en caso de tener un hermano varón.

Reforma constitucional

La Familia Real, sin embargo, da por hecho que antes o después esa modificación de la carta magna se producirá porque, a diferencia de lo que ocurrió con los demás nietos de don Juan Carlos y doña Sofía, en esta ocasión la lista de ilustres invitados engordó de forma considerable, lo que da cuenta de la especial relevancia del rito.

Con la presencia de las principales autoridades del país, los Reyes y los Príncipes marcaron de forma intencionada un destacado carácter institucional en este bautizo de Estado, discreto y alejado de cualquier suntuosidad, pero cargado de símbolos. Los representantes de los tres poderes -legislativo, ejecutivo y judicial-, por su parte, respaldaron con su asistencia la continuidad de la Corona en la que será la primera jefa del Estado de la historia reciente de España.

Con la importancia otorgada a la ceremonia, la Familia Real quiso distinguir éste de los anteriores bautizos de los nietos del Rey y dejar claro que la intención es que, después de Felipe de Borbón, la reina sea su hija Leonor. Algo en lo que, en teoría, están de acuerdo los dos partidos políticos -PSOE y PP- que son necesarios para derogar la primacía del varón en el orden sucesorio de la Corona, pero que resulta complicado en la práctica. El presidente del Gobierno aseguró esta semana que la Constitución no se reformará para equiparar los derechos de la mujer en la sucesión al trono a menos que el líder de la oposición también acepte modificar los artículos que se refieren a los cambios en el Senado y a los que pretenden mencionar a las 17 comunidades autónomas y a la Unión Europea en el texto fundamental. José Luis Rodríguez Zapatero teme que el PP rechace estos cambios y se opone a dividir las reformas en bloques.

Tanto el Gobierno como la Casa Real consideran que la Carta Magna se podría modificar después de que los Príncipes tuvieran un hijo varón, puesto que hay una generación de por medio y el heredero es, de mo-mento, Felipe de Borbón. Sin embargo, expertos constitucionalistas apremian a los partidos a poner en marcha la reforma para disipar cualquier duda en la línea sucesoria.