«Estaba condenado a morir»
Actualizado: GuardarAl juez Baltasar Garzón no se le ha olvidado ni un detalle de aquella madrugada en que su determinación hizo posible la salvación de Ortega Lara. «Llegué al caso por accidente. Estaba de guardia cuando la Guardia Civil solicitó los mandamientos de entrada y registro de varios domicilios y de la nave de Mondragón ante la sospecha fundada de que se pudiera encontrar allí Ortega Lara. Fue una noche de mucha tensión. Aunque la Guardia Civil estaba muy segura, había un margen de dudas sobre lo que podía surgir y éramos conscientes que de haber problemas, lo que le esperaba al secuestrado era la muerte. La verdad es que no había suficientes datos en las pruebas pero en esta profesión a veces tienes que tomar decisiones de este tipo, jugártela especialmente. Cualquier juez tendría que haberlo hecho».
El magistrado remerora que «se había desalojado la nave, pero no veíamos nada. Eran más de las seis de la madrugada. Se volvía una y otra vez sobre lo mismo hasta que se movió una de las máquinas y debajo apareció una pequeña entrada. Bajó el funcionario y le encontró. Cuando le llevaron a la ambulancia supo lo que le pasaba, y me dijo 'sé quién es usted, es el magistrado Garzón, y ahora sé que estoy libre'. Era el 1 de julio de 1997, y estaba viviendo uno de esos momentos que justifican toda una vida de trabajo».