Málaga 0 - cádiz c.f. 2

Dos goles de Medina le dan al Cádiz una merecida victoria en La Rosaleda

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La picardía del uruguayo Alexander "Cacique" Medina, que marcó un gol con la mano y anotó el segundo tras aprovechar un error defensivo local, relanzó al Cádiz, que no conoce la derrota en 2006, y puso al Málaga en una crítica situación, próxima a la zona de descenso, consecuencia directa de los ocho encuentros sin ganar que suma el conjunto de Antonio Tapia.

El cuadro de Víctor Espárrago, en un momento esplendoroso de resultados, incentivado también por su situación en la Copa, instalado en los cuartos de final, exprimió sus ocasiones. Fue mejor en el global del partido y aprovechó la presión que acosa a su rival.

El Cádiz, con un planteamiento serio y conjuntado implantó su superioridad en los primeros cuarenta y cinco minutos. sin embargo, su premio inicial llegó de forma irregular. Un centro de la banda izquierda de Jonathan Sesma es aprovechado por el uruguayo Alexander "Cacique" Medina, quien con habilidad golpeó el balón con la mano para enviarlo a la red.

Pese a las protestas masivas el gol subió al marcador. De paso, desató los nervios del Málaga. Situación aprovechada por los jugadores cadistas, que impusieron con claridad el ritmo del encuentro e, incluso, con ocasiones claras para ampliar la renta.

Así, el segundo gol del equipo de Víctor Espárrago llegó poco antes del descanso. Un error de César Navas permitió al "cacique" Medina disfrutar de una ocasión sin desperdicio. No marró el artillero, que llevó el 0-2 al partido, tal y como se llegó al intermedio.

Y eso que la renta pudo ser todavía mayor. Mirosavljevic, con el balón controlado y sin oposición, disparó cerca del palo del meta de Arnau. Fue el saldo ofensivo de los visitantes, que doblegaron a un rival que empleó el ataque con cuentagotas y se llevó el castigo de la grada, que protestó de forma continuada el juego de su equipo.

La situación se agravó para el Málaga que padeció un contratiempo notable cuando su jugador Antonio López, que ya fue amonestado cuando estaba en el banquillo de suplentes, fue expulsado al poco de entrar en el terreno de juego.

No tuvo gas el cuadro local, sin capacidad de reacción. Facilitó incluso la labor de contención del Cádiz, que transitó con tranquilidad y sin sobresaltos para salir airoso, con tres puntos que sosiegan su paso por la máxima categoría.