Día de las migraciones
Actualizado: GuardarEl domingo 15 de enero se celebra el Día de la Migraciones y me parece que no podemos dejar pasar la ocasión de hacer una reflexión sobre este tema que nos afecta profundamente.
Estamos viendo constantemente personas que buscan solución a los dramas de su existencia en una tierra prometida, arriesgando lo mejor de su vida en una incierta travesía del estrecho. Desde hace mucho tiempo, miles de personas, víctimas del hambre, la enfermedad, el subdesarrollo, las guerras nos están pidiendo con sus miradas el reflejo de nuestra responsabilidad. Y como con tantos sucesos humanos, estamos acostumbrándonos y optamos por la indiferencia.
¿Nosotros no podemos hacer nada! En el mejor de los casos hablamos de responsabilidades de otros, pero no aterrizamos en que la realidad podría empezar a cambiarse si tratáramos de implicarnos en las cosas que podemos cambiar, como por ejemplo participar en las manifestaciones para exigir el cumplimiento del 0,7%, acoger a los que se quedan entre nosotros, buscar sistemas para dar trabajo, facilitar su integración en nuestra sociedad, reducir nuestros gastos inútiles y dedicar este dinero a crear trabajo y bienestar en los países empobrecidos
Según el informe sobre Desarrollo Humano de Naciones Unidas, en el África subsahariana hay hoy 100 millones de personas más que en 1990 que viven en condiciones de extrema pobreza. Ésta es la razón poderosa de la inmigración y no podemos desvirtuarla con retóricas vacías, muchas de las cuales proceden de organismos todopoderosos como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial. Se trataría, básicamente, de cambiar las reglas de juego económico mundial. Hacer valer los derechos económicos, sociales y culturales entre los pobres del mundo para reducir la brecha inmoral que hoy separa a la inmensa mayoría de la humanidad de nuestras sociedades acomodadas. No se le pueden poner vallas al hambre.
Maximiliano de la Vega. Cádiz