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Negocio o solidaridad

Algunos farmacéuticos se oponen al incremento de jornada porque consideran que perjudica a los intereses generales del sector

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Aunque en un primer momento la posibilidad de que las farmacias abran durante más tiempo parece una medida del todo beneficiosa, ya han surgido voces dentro del sector que indican lo contrario. Pese a lo que cabía pensar en un principio, la gran mayoría de las oficinas de Cádiz capital se han mantenido ajenas a esta medida y han preferido mantener su jornada de ocho horas, bien porque rehusan a incrementar sus ventas o bien porque consideran que este aumento del negocio no compensará el trabajo extra.

El caso es que son sólo unos pocos los establecimientos que se han adherido a la ampliación de horarios. La Farmacia Central, ubicada en la plaza del Palillero, en pleno corazón comercial de Cádiz, es una de ellas. Desde hace un año, atiende al público de 9.00 de la mañana a 14.00 de la tarde y de 17.00 a 21.00 de lunes a viernes, además de los sábados entre las 9.30 y las 14.00. Su propietario, José Luis Jiménez, declara que solicitó el aumento de jornada porque así lo permite la ley y reconoce que esta iniciativa ha sido beneficiosa para los usuarios y también para su negocio.

Clientes potenciales

Sin embargo, a la mayoría de las boticas, situadas en barriadas o zonas menos transitadas de las ciudades, no les renta permanecer abiertas durante más tiempo. Algunos titulares además piensan que el hecho de que unos pocos establecimientos amplíen su jornada perjudica al resto, que se ven obligados a seguir cubriendo las guardias pero con un número menor de clientes potenciales.

Es el caso de Lola Palomino, responsable de la Farmacia Aguilar de Cádiz: «Consideramos una aberración que se abra más horas cuando tenemos la obligación de hacer guardias. Lo que pasa es que hay quien quiere llevarse el gato al agua abriendo 12 doce horas». Y se pregunta: «Entonces, ¿para qué hacemos guardias los demás?».

El Colegio Oficial de Farmacéuticos comparte a medias esta opinión, pues, según asegura su secretario general, José Ramón Zamora, la iniciativa es «positiva porque aumenta la oferta de servicio aunque de forma asimétrica».

Pero «por otro lado es contraproducente, pues altera el servicio de atención continuada y reduce la capacidad de servicio de zonas dispersas o necesitadas». A su modo de ver, «responde a medias al interés general de los ciudadanos».

El representante del Colegio expone que el incremento horario pretende «legitimar los intereses de algunos farmacéuticos, que debido a su renta de localización desean aumentar el rendimiento de su farmacia en las horas que les conviene».

Sin embargo, estos periodos no cubren, por lo general, las tardes de los fines de semana y las noches, «por lo cual sigue siendo imprescindible el servicio de guardia que deben cubrir el resto de las farmacias».