El pasado en papel
Mateo Maciá analizó ayer la evolución del Archivo del Congreso que dirige desde 1999
Actualizado: GuardarAveces es positivo volver al lugar de origen de las cosas para poder analizar con cierta perspectiva y conocimiento el porqué de su evolución a lo largo de los años en un sentido u otro. Así, y casi dos siglos después del nacimiento de algunos de los documentos que conserva, Mateo Maciá Gómez visitó ayer Cádiz para exponer -dentro del ámbito del Master de Archivos y Gestión documental de la UCA- la Evolución e Historia del Archivo del Congreso de los Diputados.
Responsable de los documentos que alberga la Cámara Baja, Maciá relató ayer en el Salón de Grados de la Facultad de Filosofía y Letras de Cádiz «la evolución e historia del Archivo del Congreso, desde sus orígenes en Cádiz hasta los proyectos que tenemos ahora de poner los documentos en internet, tanto los antiguos como los actuales».
Junto a los textos producidos o recibidos en la actualidad por la cámara, el Archivo del Congreso alberga según su director, un conjunto de diez mil legajos entre los que destaca «todo el archivo histórico parlamentario español desde las Cortes de Cádiz».
Entre los citados papeles, y además de otras colecciones interesantes como el Archivo de Cerdeña -colección de los antiguos reinos de Cerdeña cuando estaban bajo la corona aragonesa-, Mateo Maciá destaca los llamados Papeles reservados de Fernando VII, es decir «los papeles que tenía Fernando VII en su despacho y se devolvieron a las Cortes durante la primera República, entre los que se encontraban las actas secretas de las Cortes de Cádiz y en ejemplar original de la Constitución de Cádiz firmada por los diputados gaditanos».
Maciá enfatiza el primordial papel que jugó la ciudad en la elaboración del diario de las Cortes, ya que «durante las primeras sesiones no había un diario en sentido estricto, sino que posteriormente fue reconstruido a partir de las publicaciones de la época de Cádiz».
Modernización
Sin lugar a dudas, uno de los principales inconvenientes de que tantos y tan importantes documentos históricos estén reunidos en el Congreso se traduce en que los ciudadanos de a pie tienen mayores dificultades a la hora de acceder a su consulta.
Para Mateo Maciá, «un archivo como el del Congreso tiene que tener la menor restricción posible». Aunque en la actualidad se cuenta con una sala de consulta presencial donde pueden acudir los investigadores acreditados, para su director «los documentos de relevancia histórica tienen que estar a disposición de todos los ciudadanos». Con este propósito, el Congreso tiene en marcha un plan de modernización general que afecta tanto a la gestión de los documentos actuales -«en el sentido de que los diputados puedan presentar iniciativas en soporte electrónico y no sólo en papel», explica-, como de los documentos antiguos, por lo que «en los próximos dos años se va a digitalizar el archivo prácticamente en su totalidad», asegura.
Junto a la facilidad de acceso del ciudadano, Mateo Maciá argumenta para llevar a cabo dicha digitalización el problema del espacio. «Todo el archivo histórico de Cádiz hasta 1977 de Cortes ocupaba un kilómetro de estantería y todo el archivo generado desde el año 77 hasta ahora ocupa como 15 veces más». Demasiados metros cuadrados de sabiduría que volverán a estar en manos de los gaditanos y del resto del mundo.