Investigación con poca coordinación
Actualizado: GuardarEl martes el Ministerio del Interior anunció la desarticulación de las dos células yihadistas en una operación perfectamente coordinada entre la policía nacional, la Guardia Civil y el Centro Nacional de Inteligencia. Ayer, sin embargo, los especialistas de la Guardia Civil se quedaron de piedra al enterarse por la prensa de que el jefe del grupo que ellos mismos habían ayudado a desmantelar había sido capturado por el Cuerpo hermano. Fuentes de la policía aseguraron que sí habían informado de que Omar Nakhcha era vigilado desde hace meses.
De hecho, la investigación que el miércoles concluyó con la detención de Nakhcha comenzó hace diez meses, exactamente el 14 de marzo de 2005. Los servicios de Información de la Policía descubrieron entonces que uno de los acólitos de Abu Zubair había comprado en Madrid un móvil con tarjeta de prepago para entregárselo a Ahmed Afalah. Este hombre es el padre de Mohamed Afalah.
El objetivo de facilitar ese teléfono de seguridad a Ahmed Afalah era que el terrorista huido hablara con su padre desde Irak para «pedirle perdón» y comunicarle «su decisión de morir como mártir en una acción terrorista en Irak». Los pinchazos a ese móvil desvelaron que el terrorista anunció a su padre que se iba a convertir en kamikaze en un atentado entre el 12 y 19 de mayo. Desde entonces no ha habido más noticias de Afalah ni de sus compañeros de fuga. La Policía cree probable que también Belhadj y Ouhnane llegaron con Afalah a Irak y asegura tener sospechas de que quizás Belhadj también pudo morir en un ataque suicida.
Sin embargo, el Ministerio del Interior mantiene activa la búsqueda de los tres huidos, al igual que la Interpol.