Carlos Bianchi, una nueva víctima de los malos resultados

Carlos Bianchi, sentenciado desde la noche del miércoles, ya no es entrenador del Atlético de Madrid. El club rojiblanco hizo oficial ayer jueves la destitución del técnico argentino, consecuencia de los malos resultados del equipo, que está a cuatro puntos del descenso a Segunda y con un pie fuera de la Copa del Rey. Su sustituto es un entrenador de la casa, Pepe Murcia, que hasta ahora dirigía al filial. De manera provisional será el encargado de tomar las riendas de un grupo deprimido que con Bianchi había entrado en una dinámica perdedora, sin ganar en la Liga desde el 27 de octubre y sin ofrecer ningún síntoma de recuperación.

Tras mantener dos reuniones con Bianchi en menos de 12 horas, el presidente del Atlético, Enrique Cerezo, anunció ayer que el club había llegado a un acuerdo con el argentino para la rescisión de su contrato, aunque ambas partes debían negociar aún el finiquito. El entrenador mejor pagado de Primera División, con contrato hasta 2007 a cambio de tres millones de euros netos por temporada, no está dispuesto a renunciar a su segundo año, aunque Cerezo aseguró que «no habrá ningún problema para cerrar la parte económica». Mientras tanto, el club trabaja en la contratación de un nuevo entrenador, ya que el interino Pepe Murcia depende de los resultados y es Javier Irureta quien encabeza la lista de favoritos, con el mexicano Javier Aguirre también candidato para la próxima temporada.

La derrota en Copa ante el Zaragoza ha sido la puntilla para Bianchi, a quien los aficionados del Calderón ya exigieron su marcha a gritos desde tres días antes por el empate sin goles ante el Valencia en Liga y el pésimo juego del Atlético, habitual desde el inicio de temporada. «En el mundo del fútbol lo que mandan son los resultados, y no los ha habido. Bianchi quería continuar, pero es más fácil que pague uno a hacer un equipo nuevo a mitad de temporada», reconoció el presidente atlético para justificar la marcha de un entrenador que ha ganado tres Copas Intercontinentales y cuatro Libertadores pero ha vuelto a fracasar en Europa. En la temporada 1996-97 también fue destituido en el Roma, pero el Atlético recurrió a él tras triunfar con el Boca Juniors y Bianchi se despide de nuevo prematuramente sin adaptarse al equipo rojiblanco ni al fútbol español.

Enrique Cerezo admitió que la presión del Calderón ha influido para tomar la decisión de prescindir del técnico, «pero lo que más se ha tenido en cuenta son los resultados». El máximo mandatario rojiblanco se lamentó de que el club hiciese a principios de temporada «todo lo posible para formar un gran equipo, con mucha ilusión y mucho dinero, recurriese a un técnico de prestigio internacional y que no hayan llegado los triunfos». Cerezo también asumió su parte de responsabilidad en otro proyecto fracasado. «El fallo ha sido de todos», -dijo-, al igual que el director deportivo, Toni Muñoz, el hombre que apostó por Bianchi, aunque destacó que «por encima de la apuesta personal está el bien del club». «Destituir al entrenador es lo más fácil, lo más cruel y quizás lo más injusto», señaló Toni.