La nueva amenaza

No hay un año que no nos ataque algunas de estas epidemias que de forma tan cruel asolan de vez en cuando a la humanidad. Entre finales de 2004 y comienzos de 2005 fue el terrible tsunami el que nos consternó a todos con sus desagradables y crueles consecuencias. Aún un año después todavía se recuerda no sólo en esa zona del sudeste asiático, sino en el resto del mundo. Sus devastadores efectos dejaron paso a los terribles huracanes, ésos que se han cebado con el continente americano, con el sur y con el norte, la zona teóricamente más rica. Pero había un mal que nos amenazaba pero que no terminaba de mostrar toda su fuerza: la gripe aviar. En principio a todos se nos avisó de que no tenía grandes riesgos para los humanos (a veces parece que nos da igual que las víctimas sean los animales) y poco a poco se dejó de hablar de ella. Parecía simplemente que ya había pasado el peligro. Sin embargo, las noticias internacionales nos ponen en alerta de que en Turquía ya hay casos mucho más preocupantes. No creo que haga falta recordar que el país otomano no está precisamente muy lejos y que habría que empezar a cuestionarse cuáles son los verdaderos riesgos que corremos con esta enfermedad tan desconocidas y que algunos se toman a mofa como ocurría con las vacas locas o la lengua azul.

Eloy Díaz Macías. Conil.