Se inicia la vista contra Abú Hamza, símbolo del fundamentalismo islámico en Reino Unido
El clérigo está acusado de incitar al asesinato de los no musulmanes
Actualizado: GuardarEl juicio contra el clérigo musulmán Abú Hamza, conocido por el garfio que sustituye una de sus manos, comenzó ayer en Londres en medio de una gran expectación. Sobre el ex imán de la mezquita londinense de Finsbury Park pesan 15 cargos, entre los que se encuentran, el predicar a sus seguidores que «es un deber religioso matar a no musulmanes». El juicio del que se ha convertido en el símbolo del fundamentalismo islámico en Reino Unido y es considerado por muchos musulmanes como muy radical se prolongará, posiblemente, durante tres o cuatro semanas.
Su detención, en mayo de 2004, se debió a una solicitud de extradición de EE UU, aunque anteriormente Yemen la había solicitado también aduciendo que había participado en la preparación de atentados en el país. Uno de sus hijos pasó tres años en una cárcel yemení acusado de terrorismo. Tras el arresto de Hamza, se encontró en su vivienda de Londres una enciclopedia de la yihad afgana, un manual terrorista en el que se explicaba cómo fabricar explosivos.
Abú Hamza, de 47 años, nació en Egipto en el seno de una familia de clase media, y obtuvo la nacionalidad británica después de casarse en Reino Unido con Valerie Fleming a principios de los ochenta, de la que se divorció cinco años después. Llegó a Londres en 1979 con la idea de convertirse en ingeniero civil y financió sus estudios trabajando como guardia de seguridad de un local del Soho.
Dejó el territorio británico durante varios años: pasó por Egipto, Pakistán, Afganistán y Bosnia. A mediados de los noventa su figura se hizo visible en Reino Unido, cuando sus sermones empezaron a ganar adeptos y llamaron la atención de la prensa.
La base de la acusación se encuentra precisamente en vídeos de charlas y sermones, en los que, según la acusación, predica odio e incita al asesinato. En ellos, al parecer, justifica los atentados de Nueva York y Washington, alaba a Osama Bin Laden y advierte al Gobierno británico sobre las consecuencias de la invasión de Irak. Hamza, que siempre ha defendido su inocencia, ha negado su pertenencia a Al Qaeda y se queja de que «a cualquiera que no esté de acuerdo con Occidente se le etiquete como terrorista».