Cartas

Discapacidad e insolvencia

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Me reconocí al leer el inicio de una reciente carta, en esta misma sección, de Manuel Enríquez Becerra, cuando especificaba su grado de minusvalía, la edad y la duración horaria del día, ya que describe con precisión mi situación. Ahora bien, acontece sólo una ligera diferencia, ya que yo no percibo ayuda ni prestación económica de ningún organismo creado con ese objetivo. Continúo leyendo y percibo que recurre a la ONCE, por lo que sigo macerando la conclusión de que está describiendo mi situación cuando comenta la entrevista tan agradable tras la entrega de la documentación solicitada, pero ¿algunas de las neuronas necrosadas! de mi dañado, mas absolutamente cuerdo, cerebro vuelven a conectarse cuando compruebo que el redactor del texto orienta su agradecimiento, tras prescripción previa en la entrevista que mantuvo, a la Junta de Andalucía como gestora de la ayuda.

Ante lo redactado por Manuel finalizo testificando que ha pasado algún que otro semestre desde el inicio de conversaciones, presentación de documentación oficial de minusvalía, incluso algunas semanas de mi osado y utópico logro de entrevista con el director de la sede gaditana de la ONCE, como para comprobar que no se valora la posible discapacidad más la inexistente solvencia económica sino fundamentalmente otros conceptos humanísticos de posterior abundancia urnística. ¿Acabo de crear un nuevo adjetivo!

Juan Carlos Moreno Arias. Cádiz