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En su salsa

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Así jugó y ganó el domingo el Cádiz, en su salsa. A la antigua usanza. La victoria del otro día se produjo de la manera que nos hizo famosos en toda España. Un gol y a sufrir hasta el final. Todos aquellos cadistas que por su juventud no vivieron aquellas ligas en donde nos salvábamos del descenso de forma milagrosa, el domingo empezaron a sufrir y padecer en sus carnes todo lo que pasábamos y todo lo que nos queda por pasar. Triunfos agónicos, donde juegan los futbolistas y todos los que estaban en las gradas, cuanto más nos achuchan más gritamos y así despejamos los balones a chillidos de nuestra área. Futbolistas en el campo con calambres por correr sin parar los noventa minutos, aficionados que cuando termina el partido se quedan aplatanados, como si le hubieran dado una paliza con un palo, de aguantar tanta tensión y tanto nerviosismo, las gargantas rotas, cada despeje una alegría, cada fuera de banda un aplauso cerrado, cada corner un alboroto, cada gol... si ya metemos un gol es la locura. Partidos jugados al doscientos por cien, expulsados, roces, empujones, una final, ¿si, una final! ¿Porque no?, pues para nosotros cada tres puntos ganados en esta liga de millonarios son nuestras copas de Europa. Empiezan a dar la cara y a aparecer futbolistas que no habían hecho nada antes de estos partidos, empiezan a aparecer los auténticos, los marineros del Submarino Amarillo.

¿Hombre, que el Getafe no es el Milán! No, eso es verdad. Pero el Cádiz tampoco lo es, ¿eh!, y esto lo tenemos muy claro. Por eso existe esta conexión, esta unión entre equipo y afición, todos a una se puede conseguir. Así que señores, prepárense, pónganse la pomada esa que venden y que usan los pescadores noruegos, para aplaudir sin parar, pastillitas Juanola para gritar sin parar y los corazones, prepárense aguantárselos con las manos porque ya vienen nuestras veinte finales y todas de infarto.¿Ya estamos en nuestra salsa! Ganando uno a cero de penalti y sufriendo ¿A por ellos!