La sequía: fenómeno cíclico
Actualizado:Si hacemos caso a los expertos y tiramos de documentación, no existe motivo alguno para alarmarse. La sequía no es un fenómeno natural nuevo en nuestro país. Los meteorólogos coinciden en señalar que la situación de sequía que afecta a España se suele «producir con una regularidad de diez años» y que el fenómeno es «aleatorio» y «no guarda relación con el fenómeno global de cambio climático». Prueba de ello es que la última situación similar se prolongó entre los años 1990 y 1995, periodo en el que las lluvias entre los meses de octubre y mayo fueron, exceptuando en 1991 y 92, incluso superiores a las que se han registrado el pasado año 2005.
El siguiente año hidrometeorológico fue muy lluvioso y puso fin a ese episodio de escasez de lluvias y déficit hídrico. En mayo de 1996, por ejemplo, las lluvias que se registraron en la península (72,5 litros por metro cuadrado) casi duplican las que se han registrado el pasado año en el mismo mes.
Rezos para que llueva
Por otro lado, diversas crónicas medievales que han llegado hasta nosotros relatan periodos de baja pluviometría. Durante el califato de Abderramán III, el territorio de Al–Andalus sufrió los rigores de la escasez de agua tal y como nos los relata Ibn Hayyán en el Muqtabas V. Según este relato, en la segunda mitad del año 941 Córdoba y sus alquerías ven secarse sus aljibes y sus campos circundantes son totalmente estériles lo cual propició que el cadí (sacerdote musulmán) tuviera que realizar plegarias por lluvia durante casi dos meses. Estas plegarias llamadas rogativas eran simples oraciones o súplicas al Todopoderoso para propiciar la llegada de las lluvias.
Posteriormente, en el cristianismo estas rogativas van a ser una práctica bastante antigua: las procesiones de rogativas fueron instituidas por San Mamerto, obispo de Viena, en el año 469. Muchas de estas rogativas quedaron registradas documentalmente en los archivos de los obispados los cual es una fuente muy valiosa para conocer periodos de sequía. Una de ellas recuperada de la diócesis de Burgo de Osma decía: «..Virgen Santa del Espino, ten compasión de los pobres, échanos un chorro de agua, defiende a los labradores».
Son innumerables también las rogativas pro pluvia recogidas en los archivos diocesanos de Tortosa, Barcelona o Urgel con las cuáles se intentaba poner freno a una terrible sequía entre 1567 y 1568.