CARLOS SAINZ PILOTO DEL RALLY LISBOA-DAKAR

«Soy cabezón y no me rindo si puedo seguir»

«El Dakar es realmente duro para los que no tienen un equipo oficial detrás, para los que van en moto solos» «La experiencia es clave, para vencer hay que conocerlo»

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El Dakar cumplió ayer su jornada de descanso en Nuakchot, capital de Mauritania, donde aún estaban llegando participantes, tras haber pasado una noche dantesca en el desierto del país. Entre los que estuvieron parte de la noche en el desierto se encontraba Carlos Sainz, que tras reparar su coche en la salida de Atar, adonde retornó remolcado durante casi 30 kilómetros por uno de los camiones de asistencia de su equipo, volvió a la pista para hacer los 508 kilómetros de la especial del sábado. Fue una jornada muy larga para el piloto madrileño, que tardó 12h 52m 2s en completar la etapa desde que la inició por la mañana. Sainz acabó en el puesto 100 de la etapa, a 7h 51m 6s del ganador de la especial, el francés Magnaldi, y ahora es 17º de la general, después de haber invertido 35h 53m 24s en lo que se lleva de rally, a 8h 09m 43s de Peterhansel.

-¿Cómo ha sido la experiencia en lo que va de Dakar?

-El inicio fue más bien sencillo. Un poco pesadas las verificaciones y el papeleo, pero hay mucha gente y eso que lo tienen bien organizado. Las etapas europeas, e incluso las primeras de Marruecos, no eran muy diferentes a lo que te encuentras en algunas pruebas del Mundial de rallies.

-¿La entrada en Mauritania fue un rumbo a lo desconocido?

-La verdad que sí. Yo no había estado nunca en Mauritania. Las pruebas que habíamos hecho las llevamos a cabo principalmente en Marruecos, pero en Mauritania las cosas son diferentes, aunque la arena y los desiertos puedan parecer todos iguales.

-¿Le ha sorprendido lo que ha encontrado?

-Ya dije desde el principio que venía con humildad y a aprender, y estoy aprendiendo mucho. Si sigo adelante es por eso, para conocer todo el rally. En las dunas no es cuestión de saber pilotar o ser más rápido que los rivales. Lo que cuenta es la experiencia. El tipo de arena varía mucho, el color, y conocer todas esas cosas es fundamental, ya que por el color puedes saber si está más dura o más blanda, y después la suerte tiene una gran importancia. El primer día que nos atascamos lo hicimos por un par de metros. Si hubiésemos ido dos metros más a la izquierda no nos enterrábamos. Es una mezcla de experiencia, suerte y sobre todo de tener mucha paciencia. Sin duda los problemas de embrague del sábado vinieron a consecuencia de la jornada anterior, donde para salir de las dunas sufrió un duro castigo.

-¿La experiencia es fundamental?

-Efectivamente. Muchos recuerdan que Vatanen ganó en su primera participación en 1987, pero entonces las cosas eran muy distintas y la competitividad no era tanta. Ganaba Peugeot. Ahora es una carrera con mucha competición. No hay más que ver los tiempos en que estábamos el día 5 por ejemplo, cuando perdimos el liderato por 22 segundos. Sin embargo, en las dos jornadas siguientes todo se fue al traste. La experiencia es clave, y para conocer bien la prueba hay que hacerla entera, aunque sea en posiciones retrasadas. Por eso quise hacer la especial, sin saltarme un control, todo como había que hacerlo, y la verdad que el espectáculo en el desierto era dantesco, con luces por todas partes. El Dakar de noche es otra aventura, y sobre todo es muy duro.

-¿Es lo más duro en competición?

-No exageremos, que yo estoy aquí. Para mí ha sido duro, pero llegué. Sin embargo, para los que están en el desierto aún sí que es realmente duro. Los que no tienen un equipo oficial detrás, los que van en moto solos... Para esos sí que es una experiencia dura.

-¿Puede hacer una valoración de la prueba?

-En su totalidad no la puedo valorar porque no la conozco toda. Me quedan muchas cosas por descubrir, y las valoraciones sólo se podrán hacer al final. De momento voy descubriendo la carrera día a día. Quizás lo más difícil es seguir adelante cuando sabes que has perdido toda opción de estar bien clasificado. Eso es lo peor. Hay que tener paciencia, muchas ganas. Yo soy muy cabezón y lo que me propongo lucho hasta el final por conseguirlo. No me rindo mientras pueda seguir adelante. El Dakar es un reto apasionante, para vencer hay que conocerlo a fondo, y en ello estoy.