Getafe y Cádiz, unidos por el Turia
Estoyanoff y Gavilán, jugadores del Valencia pero cedidos en la ciudad madrileña y la Tacita respectivamente, ofrecieron dos prototipos de extremos
Actualizado: GuardarAmbos son jóvenes, con mucho talento, protagonistas en el presente de sus equipos y con un prometedor futuro por delante. Y quizá en el mismo club. Ayer en Carranza se dieron cita dos extremos que pisan fuerte. Cada uno en su estilo. Uno, pura dinamita. Activo, gambetero, visceral, un motor ruidoso que no dosifica sus caballos; Otro, un torero de la banda izquierda que capea como pocos las acometidas de sus rivales y que ayer volvió a poner en evidencia en más de una ocasión a Varela. Estoyanoff y Gavilán luchan por demostrar lejos de su club, el Valencia, que tienen un sitio cerca del Turia y saltar así de dos equipos que luchan por estabilizarse en Primera (Cádiz y Getafe), a un proyecto afianzado no sólo en España, sino también en Europa.
Sus destinos están llamados a unirse y ayer les hizo el primer guiño cuando Lolo comenzó pegado a la cal de tribuna. Cambiaba la derecha por la izquierda con el deseo de tener la misma trascendencia que en el partido de Copa ante el Sevilla. Pero no es lo mismo. No tiene la misma confianza en el desborde y la zurda de palo no le ofrece garantías para centrar. Espárrago supo rectificar a tiempo y la media hora, tras un primer intercambio con Enrique del que ya sacó una amarilla a Pernía, le cedió el carril derecho. El resultado, inmejorable. Dos acciones brillantes, una de ellas el pase que da lugar a la internada de Varela y el posterior penalti por mano de Matellán. Estoyanoff comenzaba a ser decisivo.
Controles fallidos
Gavilán, por el contrario, estuvo gris en la primera mitad. Su carrera de zancada corta pero precisa, sus diagonales hacia el área y sus lanzamientos de córners, que en una ocasión a punto estuvo de convertir en gol Riki, quedaron eclipsados por un fallo garrafal en una contra tres para dos en la que no acertó a controlar el pase de su socio ex madridista.
También falló en la segunda parte Estoyanoff una bonita asistencia de Nenad en el minuyo 60. Tras la reanudación, el juego fue más abierto y ambos extremos fueron actores principales de la narrativa de sus equipos. El asedio madrileño al arco de Armando se gestó siempre desde la banda izquierda, con Gavilán centrando una y otra vez sin encontrar respuesta en un desacertado Pachón. El 10 amarillo, por su parte, pudo sorprender a Calatayud en una falta lateral que terminó envenenándose. Fue su última acción significativa antes de caer en la provocación de Belenguer y ser expulsado.