cumplirá 100 años este miércoles

El inventor del LSD, Albert Hoffman, recibe en Ginebra un homenaje por su centenario

Nacido en 1906 en un cantón suizo, descubrió la substancia en 1943 al trabajar en los laboratorios Sandoz, que actualmente integran Novartis

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El químico suizo Albert Hofmann, descubridor de la droga conocida como LSD (Dietilamida del Acido Lisérgico), cumplirá 100 años el miércoles próximo y, para celebrarlo, participará en un coloquio internacional en el que se analizarán los efectos del uso de esa substancia.

El LSD es una droga con efectos alucinógenos y fue la más consumida dentro del movimiento hippie de los años sesenta, tras lo cual quedó prohibida y sus adeptos disminuyeron. Volvió a la "moda", aunque de manera furtiva, en la primera mitad de la década de los noventa entre los adeptos a la música electrónica.

Hofmannm, que nació en 1906 en el cantón suizo de Argovia, descubrió la substancia en 1943, cuando trabajaba en los laboratorios Sandoz, que actualmente integran el grupo farmacéutico Novartis. En declaraciones a la prensa helvética, el químico ha confesado que no le sorprende que, a pesar de haber hecho otros descubrimientos, haya entrado a la historia únicamente como "señor LSD", pues considera que "se trata de un producto muy especial que actúa sobre la consciencia, que es, al fin y al cabo, lo que nos distingue de los animales".

Recuerda que bajo los efectos del LSD "vemos, oímos y sentimos de manera diferente, intensa, aunque se trate de una dosis ínfima". Dicha droga induce a estados alterados de conciencia, que algunos comparan con los de la esquizofrenia, mientras otros prefieren hablar de "experiencia mística". Así, los efectos que se experimentan tras su ingestión son descritos como un "viaje" debido a que se experimenta una sensación de traslación a otro lugar, espacio y tiempo.

En 1943, cuando realizaba experimentos para desarrollar un estimulante circulatorio y respiratorio, Hofmann descubrió de manera accidental el LSD y lo experimentó consigo mismo, lo que le llevó a experimentar "sensaciones sorprendentes, como la angustia, el vértigo, visiones sobrenaturales, de objetos en movimiento, así como sentimientos de felicidad y gratitud".

Entre 1947 y 1966, la firma Sandoz manufacturó LSD en cápsulas y ampollas para ser utilizados por los médicos en tratamientos psiquiátricos y neurológicos, pero adquirió una mala reputación por abusos en su consumo, por lo que se detuvo su producción. Actualmente, Hoffman reconoce que no se trata de la "droga del placer" y advierte de que su consumo a la ligera puede ser "extremadamente peligroso". Asimismo, comenta que sus efectos pueden compararse a los de "drogas sagradas utilizadas en México", ya que "puede producir milagros si se integra en un ritual con la supervisión necesaria".

Para rendir homenaje al descubridor de la controvertida substancia en su centenario, unos 80 especialistas de todo el mundo se reunirán en la ciudad de Basilea (Suiza) para analizar en profundidad todos los aspectos de este fenómeno.