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Los Magos de Oriente desatan la alegría por la Avenida hasta San Juan de Dios

Más de 100.000 personas acompañaron a las once carrozas que participaron en el desfile durante todo el recorrido Los más pequeños disfrutaron con los cabezudos

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Todos los tripulantes lanzaron caramelos durante todo el desfile, desde la glorieta Ingeniero La Cierva La música en algunas carrozas de los Reyes Magos estuvo ausente en algunos momentos del recorrido LO MEJOR LO PEOR Algunas tímidas nubes amenazaban al sol a las cinco de la tarde. En ese instante, los vehículos de los medios de comunicación iniciaban la marcha hacia San Juan de Dios desde la glorieta Ingeniero La Cierva. El lanzamiento de algunos caramelos desde los turismos adelantaba la lluvia de dulces que se produciría momentos después. La melodía de los villancicos y los primeros cabezudos

-la familia Simpson, Epi y Blas y varios piratas- se adelantaban unos pasos a la primera carroza presidida por la Estrella de Oriente (Eugenia Martín). Vestida de grana y oro, anunciaba la llegada de Sus Majestades de Oriente hasta la ciudad más antigua de Occidente.

Las primeras sonrisas de los más pequeños se convirtieron en pena cuando, de repente, vieron aparecer a un gran pulpo que se movía de un extremo a otro de la Avenida.

Desde la carroza del Belén viviente, sus tripulantes lanzaban las primeras bolsas de caramelos, aunque algún pastor aún seguía tirándolos de uno en uno, lo que aprovechaban algunos niños para rellenar sus bolsas.

Y de repente, aparecieron Los Pitufos y sus versiones de las canciones más actuales. Emocionados, los pequeños bailaban al son de las voces de estos personajes de televisión. Incluso algún atrevido tocaba su nariz y se hacía una fotografía con ellos.

El Cartero Real (Manuel Chaves), lanzaba caramelos a diestro y siniestro mientras le reclamaban más desde las aceras. Los tripulantes vestidos con pijamas de la carroza de LA VOZ Acostarse tempranito y los que acompañaban a una seta desataron las risas entre el público.

Y apareció el rey Melchor (Fernando Estrella), envuelto en música clásica. El cielo se volvió de colores y los caramelos empezaron a caer sobre el suelo como una lluvia de granizos, a pesar de que algún atrevido gritaba «¿más fuerte!». Y los padres, asustados, apartaban a los niños de las carrozas.

Después Gaspar (Antonio Bascuñana), de amarillo y verde, saludaba emocionado a todas las personas que disfrutaban del desfile que cerraba, como ya es tradicional, el rey Baltasar (Diego Sales). Este Mago de Oriente sacó toda su fuerza para repartir ilusión y sabiduría durante todo el recorrido que pasó, alrededor sobre las siete de la tarde, por las Puertas de Tierra y finalizó a las nueve de la noche, en el Ayuntamiento.

Cuando los Reyes Magos se asomaron al balcón del Consistorio para desear una feliz noche, se encontraron con más de 100.000 personas en la plaza de San Juan de Dios. Después, a vivir la noche más mágica.