Sobre la prohibición de fumar
Actualizado:Los señores políticos han decidido velar por la salud de todos los ciudadanos prohibiendo fumar en los lugares de trabajo y en todos aquellos bares y restaurantes que, teniendo más de 100 metros cuadrados, no cuenten con una zona acotada y debidamente acondicionada para tal fin. Se acabó la permisividad para esos terribles delicuentes y adictos que son los fumadores, a la calle a perpetrar tan deleznable vicio.
No es que la medida no me parezca razonable y pertinente, y eso que yo soy fumadora, lo que ocurre es que creo que se trata de un ejercicio de total hipocresía por parte de nuestro Gobierno. A ver señores dirigentes, ¿no es tan malísimo el tabaco? ¿No es tan perjudicial y dañino? ¿Por qué entonces no lo prohíben de una vez por todas? ¿Por qué no se subvencionan los tratamientos para dejar de fumar? ¿Por qué no cierran estancos y fábricas? ¿Por qué no prohíben su cultivo y venta? Las respuestas a estas preguntas pueden resumirse en una sola, los intereses económicos son demasiado importantes para echar abajo una industria tan poderosa como la tabaquera.
Además, ya puestos a velar de manera decidida por nuestra salud señores representantes, ¿por qué no retiran del mercado todos los productos transgénicos que nos venden como si fueran totalmente naturales? ¿Por qué no cumplen de una vez los tratados medioambientales y evitan la gran cantidad de CO2 que enviamos a la atmósfera y que está provocando el calentamiento del planeta? ¿Por qué no advierten a la gente que se ha aficionado a la llamada comida rápida que el colesterol que contiene ésta es una bomba de relojería para su corazón?
Silvia Vázquez Gerreiro. Cádiz