Apuntes

El PP y Bolivia

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El PP se ha equivocado de nuevo al utilizar un asunto de política exterior, las relaciones entre España y Bolivia, como materia de confrontación interior. Ya fue inconcebible que Rajoy se negase a recibir al presidente electo boliviano, Evo Morales, ciertamente excéntrico pero con la incuestionable legitimidad democrática que otorgan las urnas. Después, las declaraciones del portavoz del PP en la Comisión de Exteriores del Congreso, Gustavo de Arístegui, remataron la mala faena: para éste, Morales habría ganado las elecciones gracias a «la inundación de petrodólares venezolanos» otorgados por Hugo Chávez al candidato indigenista. Es muy peligroso deslegitimar así una victoria democrática en un país amigo, que es además estrecho socio comercial; y es como mínimo sectario afirmar que tal visita desacredita a España porque la alinearía con las emergentes revoluciones americanas. ¿También Francia y Bélgica, siguientes escalas europeas de Morales, estarían en semejante contubernio revolucionario?