Sociedad

Amnistía Internacional pide una ley de informática para proteger a los niños

La organización denuncia los contenidos violentos en los videojuegos y los programas que «banalizan la violación de los derechos humanos»

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Amnistía Internacional (AI) denunció ayer la desprotección de los menores frente a los videojuegos. Por este motivo, la organización solicita al Gobierno que redacte una ley marco para controlar el acceso a los videojuegos por parte de los menores, ante unos programas que «dejan indefensas a las familias al banalizar la violación de los derechos humanos».

Según recoge AI en su informe España: Menores y derechos humanos, responsabilidades en el juego, la protección de los derechos de la infancia «está en manos de la voluntariedad de las empresas que comercializan los videojuegos». El director de la organización en España, Esteban Beltrán, destaco que «no hay ninguna ley que regule los puntos de venta a diferencia de otros estados como Alemania o el Reino Unido».

El informe de AI destaca que en España hay unos tres millones de menores que consumen videojuegos. De ellos, el 50% de los niños y el 15% de las niñas utilizan programas para mayores de edad y la tres cuartas partes de ellos manejan videojuegos violentos.

Esteban Beltrán denunció que los pequeños pueden adquirir los programas bien en los establecimientos o a través de internet, sin que nadie les controle si los juegos son los apropiados para su edad. El informe destaca que ni la legislación autonómica de protección del menor, ni el código de autorregulación elaborado por la propia industria a través del sistema de clasificación por edad PEGI (Sistema Paneuropeo de Información sobre Juegos) «garantiza el cumplimiento de la responsabilidad de proteger a los menores adquirida por España con la firma y ratificación de la Convención de los Derechos del Niño».

Para el presidente de AI los Derechos Humanos «no son voluntarios y la industria, que factura más de 700 millones de euros al año, no tiene como prioridad la protección del menor». Beltrán recordó que hace un año llamaron la atención al Gobierno sobre el asunto «y no ha hecho nada».

Banalizar la tortura

El documento denuncia que la clasificación del videojuego es «poco rigurosa, voluntaria y confusa» y las carátulas «no informan de manera clara sobre sus contenidos». Esto provoca, según Esteban Beltrán, que los padres «estén indefensos a la hora de la compra de un juego», en el que destacó que puede «banalizarse la tortura y las ejecuciones» o se incita a «reventar la cabeza de los rivales con bates».

También se hace eco de la Guía de Videojuegos para Padres, elaborada por el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, junto a la Asociación de Protección de la Infancia Protégeles, Civertice, AEMPI e ins@fe y manifiesta su preocupación al respecto, dado que en la cuarta entrega de Burnout Revenge (3+) una voz explica que el objetivo del juego es «tu objetivo es chocar y hacer estallar el máximo número de coches». AI también destaca la facilidad con la que los niños pueden descargarse videojuegos desde internet o a través del móvil. La organización denuncia que, por medio de los buscadores de la red, los pequeños pueden descargar juegos gratis como son los casos de Anti-judío!: «¿Los judíos acaban de asesinar a tu familia, haz detonar una bomba asesinando a cuantos más mejor! (18+)», Niños gilipollas: «Ayuda a este niño gilipollas a suicidarse, que no se tropiece con nada en su caída libreeee». MÁS INFORMACIÓN EN www.lavozdecadiz.com