Cádiz C.F.

La Copa descubre al mejor Cádiz

El equipo amarillo realiza un gran partido, vence en Carranza y sólo los dos goles postreros del Sevilla empañan la noche Nenad y Medina se reivindican con dos tantos y Estoyanoff y Bezares piden paso en la Liga con una magnífica actuación

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

A respirar hondo. Ser sensato. Analizar con frialdad el encuentro de cabo a rabo y olvidarse de los goles postreros del Sevilla. Dejan mal sabor de boca pero... hay que estar contentos. Esta temporada se ha hablado mucho de las sensaciones que deja al equipo, algunas veces incluso por encima del resultado que a estas alturas de curso no es tan esencial como en la recta final. Y la impresión que dejó ayer el equipo amarillo no pudo ser mejor.

Hay petróleo

Por muchas razones. Primordialmente, porque una plantilla competitiva, que lo es, no podía caer más bajo, y todos sabían que en el banquillo había petróleo aún sin extraer. Los cambios (los serios, no los ligeros retoques) ya han llegado aunque sea en la Copa, y sólo hay que pedir que se extiendan a la competición liguera. Espárrago ha reaccionado, según él los nuevos ya están maduros para encajar en su engranaje y pronto estarán listos para hacer algo importante.

Cualquier profano en esta religión que se llama Cádiz que viera el duelo ante el Sevilla, no se explicaría cómo Bezares, Estoyanoff, Medina o Mirosavljevic no son titulares en este conjunto. Parecía otro equipo, muy distinto al que se arrastra ultimamente por las catacumbas de la Liga. Bezares cortó más que la mejor costurera y muchos se preguntan por qué el técnico decidió mandarlo a la ducha antes de tiempo. Al extremo uruguayo le salió todo. Desborda (como nadie en el Cádiz), centra (también como nadie), y ayer no fue esa cabra loca que corre sin sentido. La continuidad es lo que tiene.

Golazo de bandera

Y Nenad, ¿qué decir de Nenad? Del delantero con mayor porcentaje de acierto de este equipo. Tiene la suerte de cara, una fortuna que le ha impedido salir ya de la Tacita, siempre reculando ese pie que ya parece fuera del club. Ante el Sevilla se entregó, robó, controló, y marcó, que es lo importante. Un golazo de bandera que abría el marcador a los 25 minutos de juego. El serbio bajaba el balón y aguardaba la galopada de Estoyanoff para ceder a la banda. El charrúa quebraba a David y templaba (no colgaba, ojito con las diferencias) un buen balón para que la pelada cabeza de Nenad hiciera el resto. Un testarazo que pese a la gran estirada de Notario acababa durmiendo en las mallas.

Ese gol culminaba un gran trabajo de los de Espárrago, que dominaban gracias a su asfixiante presión en campo contrario. El cuadro hispalense no era capaz de sacar la pelota jugada y todas las oportunidades se sucedían sobre la meta del portero blanquillo.

Mirosavljevic rompía el cántaro y Medina lo destrozaba con otro gol de pillo. Estoyanoff, en su segunda asistencia, sacaba un corner y el Cacique entraba sólo hasta rematar con acierto el servicio de su paisano. No había flechas pero sí celebración emocionante en su primer tanto como futbolista amarillo.

La primera parte estaba siendo excelente. La apuesta ofensiva de Víctor Espárrago le había salido a las mil maravillas, y la defensa se mostraba con la contundencia y veteranía que exigen las edades de sus dos centrales. Sólo Adriano inquietaba de verdad la portería de fondo norte pero Navas despejaba de puños en una gran intervención, reaccionando a algunos errores que había tenido minutos antes.

Llegaba el descanso pero antes Lolo lanzaba una falta que Notario sacaba cuando se colaba por la escuadra. Un lanzamiento que el uruguayo tenía que pelear antes con Benjamín pues el pucelano estaba dispuesto a tirarlas todas.

El guión no permutaba en la segunda parte. El Cádiz seguía atacando pero el árbitro cortaba injustamente una gran jugada en la que Sesma se quedaba delante del portero. Un fuera de juego que no existía pues las cámaras lo delataban, algo que no pudieron hacer con el segundo tanto, esta vez anulado, al Cacique Medina. El tercer gol cadista permitía olvidar todos estos errores. Nacía de nuevo desde la banda derecha, en la que un inmenso Estoyanoff driblaba y centraba para que Jonathan se la intentase poner a Medina. El delantero no llegaba pero sí Martí, que haciendo justicia se autogoleaba para desesperación de sus compañeros.

Carranza disfrutaba con un espectáculo impropio de esta amarga temporada. El cambio de año traía la fortuna que se había negado en muchas ocasiones. Pero no todo sería tan feliz por culpa de un morenito enorme de más de 1,90. En el espacio aéreo se mueve como Meca en los océanos, y al final se empeñaba en tirar por tierra todo el buen trabajo de los gaditanos.

En dos acciones desafortunadas para los amarillos, y en las que la defensa acusaba el empuje de las dos torres sevillistas, Kanouté empañaba la noche con dos tantos de cabeza que dejan la eliminatoria al 50%. Ni pa tí, ni pa mí. Abierta como el cerrojo amarillo en los últimos minutos. Toca sufrir, como siempre. Pero es que si no, la Copa no tiene gracia.