El nadador catalán David Meca es atendido por los servicios medicos tras su llegada a San Antonio tras partir ayer poco antes de las diez de la mañana de la localidad alicantina de Jávea. /EFE
travesía a nado de 110 kilómetros

David Meca culmina su nueva hazaña y llega a Ibiza tras nadar durante casi 26 horas

Ha tenido que sufrir temperaturas muy bajas, principio de hipotermia y numerosas picaduras en la cara de las medusas

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El nadador de fondo catalán David Meca ha llegado hoy a las 11:35 horas a San Antonio (Ibiza), por lo que ha completado con éxito aunque con agotamiento e hipotermia su reto de atravesar el Mediterráneo desde Jávea, desde donde salió poco antes de las diez de la mañana, hasta las Baleares. Meca ha invertido en su nuevo logro casi 26 horas y en el camino ha tenido que soportar la oscuridad de la noche, las medusas y el frío del agua.

Meca, campeón mundial de 25 kilómetros en aguas abiertas, ha completado su hazaña superando el frío, especialmente durante una larga noche de catorce horas, y las picaduras de las medusas, además del enorme esfuerzo preciso para nadar ininterrumpidamente durante 110 kilómetros. El nadador de Sabadell, de 31 años, alcanzó el islote balear de Ses Bledes poco antes de las 8.00, con lo que ya podía haber dado por superado su reto, pero decidió proseguir desde allí hasta San Antonio, donde le aguardaban numeroso público y autoridades.

Trasladado al hospital con principio de hipotermia

El deportista fue trasladado inmediatamente después de pisar tierra en el hospital Can Misses de la ciudad de Ibiza, que ha hecho público un parte que indica que Meca sufre un principio de hipotermia, aunque fuentes del centro sanitario apuntaron que sus constantes vitales eran buenas. El nadador permanece en observación en la sala de urgencias pendiente de los resultados de una analítica completa que se le ha realizado. Se le ha administrado suero, pero todo indica que en las próximas horas será trasladado a planta.

Los médicos no confirmarán hasta esta tarde si el deportista podrá abandonar el centro sanitario mañana, tal y como estaba previsto, para ofrecer una rueda de prensa donde cuente en primera persona su experiencia. El nadador no ha podido hacer ninguna declaración a su llegada al puerto, pero si lo ha hecho su padre, José Meca, que ha recibido en su nombre el ramo de flores que tenía previsto ofrecerle las autoridades y ha asegurado que él y el resto de personas que han seguido la hazaña de su hijo han pasado momentos de "verdadero miedo". "En especial -explicó- cuando avistamos una aleta que parecía de un tiburón pero que finalmente resultó ser un pez luna".

Además, Meca tuvo que enfrentarse durante toda la noche a una fuerte bajada de las temperaturas, a las picaduras de las medusas e incluso durante unas horas se vio obligado a nadar a oscuras porque hubo problemas con el foco que iluminaba su trayectoria. Este ha sido "el momento de mayor peligro" porque, según explicó el padre, "en el mar te puedes encontrar con muchas sorpresas, incluidos restos de madera flotando o incluso palets". Una vez en Ibiza, David Meca fue recibido por un millar de personas concentradas en el puerto de San Antonio desde primera hora de la mañana.