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De Medina al cielo

Medina Sidonia se convierte en Belén por un día cuando miles de visitantes de toda la provincia acuden al municipio a ver el original nacimiento

TEXTO:/SHEILA ANAYA / FOTOS: ROMÁN RÍOS / MEDINA SIDONIA
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Belén no está en Oriente Medio, Belén se encuentra en la comarca de La Janda o, al menos, eso eso es lo que parece tras ver el impresionante belén viviente en el que ayer se convirtió el centro de Medina Sidonia. Casi 400 figurantes, todos ellos vecinos del municipio, cambiaron las chaquetas por las túnicas, se convirtieron en pastores o mercaderes y realizaron una representación que trasladaba a los que la contemplaban a un lugar de Palestina hace ya 2006 años.

Una decena de calles de Medina Sidonia se recrearon de la mejor forma posible para dar realismo al enorme belén viviente. La cita comenzó a las cinco de la tarde y concluyó bien entrada ya la noche. Se prepararon un total de 56 escenas en las que, además del magnífico nacimiento dispuesto en un típico patio andaluz del casco antiguo asidonense, se podían ver distintos aspectos de la vida de la época. Esto hacía que en la Plaza de la Cruz se celebrara una fiesta hebrea, las lavanderas hicieran su labor en el río que pasaba por la Plaza de España o el Mercado Municipal de Medina se convirtiera en un zoco donde la venta estrella eran los animales de corral y las verduras. Todo ello sin olvidar a los soldados romanos que se paseaban por todos lados guardando el orden.

Para que el realismo fuera aún mayor, el Ayuntamiento de Medina Sidonia se encargó de tapar todos los discos, señales de tráfico, fuentes y bancos de hierro bajo arbustos que recuerdan a la escasa flora del desierto. Por todas las calles, decenas de puestos de madera con toldos de tela en los que se pueden ver tabernas, alfarerías, queserías, venta de todo tipo de alimentos y procesos de elaboración de los mismos. Lo mejor es que se ve pero también se toca porque en muchos de ellos se podían comprar castañas, buñuelos, pestiños o incluso echar un trago de vino dulce, algo muy curioso porque la copa realizada en plástico dorado, además de ser un recuerdo de la visita al belén, imita a los antiguos vasos de latón típicos de las películas religiosas y de romanos. Una veintena de casas asidonenses también abrieron sus puertas a los visitantes para convertirse por un día en casas romanas, en el palacio del Gobernador de Siria, en una barbería o en una fragua.

De esta forma, el Ayuntamiento asidonense también se convirtió en el Palacio de Herodes, con todo el esplendor romano; el Convento de San Cristóbal se transformó en una sinagoga en la que el rabino llamaba a la oración y la Plaza de España trajo al recuerdo la estampa más típica de cualquier belén: pastores de ovejas en establos, el molino, el río sobre el puente de madera y los Reyes Magos descansando en su campamento antes de ir a ofrecerles sus ofrendas a Jesús. Aunque antes estuvieron muy ocupados con la enorme cola de niños que ansiaban sentarse en sus piernas para pedirles sus regalos, a lo que ellos respondían recompensándolos con una sonrisa y caramelos. Todo esto acompañado de aroma a incienso por todas las calles y música coral que sonaba desde enormes altavoces instalados en el Ayuntamiento.

Por todo esto, no es de extrañar que miles de personas de toda la provincia acudieran ayer a Medina Sidonia a ver este singular belén viviente por lo que la entrada al municipio en coche estaba cortada por la Policía Local. Así, no era de extrañar que los vehículos llegaran aparcados en los arcenes hasta la falda de la colina sobre la que se erige el municipio. Igualmente, el Ayuntamiento cortó el tráfico rodado por el casco histórico del lugar. La afluencia de gente ha sido masiva y aunque las calles de Medina estaban a tope, el punto más conflictivo era la calle Ganado, donde la gente esperaba una cola de hasta una hora para entrar dentro de la casa donde se recreaba el nacimiento de Jesús.

Otros puntos calientes de la corriente fueron las puertas de las pastelerías, en especial las del obrados del Convento de San Cristóbal y la confitería Sobrina de las Trejas donde la cola para comprar alfajores y amarguillos se confundía con la cola de descendía la calle en dirección a la Plaza de España. Todos disfrutaban con la puesta en escena del belén pero nadie se quería ir sin llevarse un dulce y típico recuerdo del municipio a casa.

Sin duda, el belén viviente gozó de gran éxito gracias al enorme despliegue de medios de todos los vecinos de Medina. Seguro que el año que viene el Ayuntamiento no dudará en organizar esta cita que se ha convertido en un reclamo turístico.