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La semana de Evo, de los militares ...y de los Reyes

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Menudo aperitivo para iniciar un año de tensión política como el que empieza. Esta semana, que debería ser de vacaciones -de hecho, el Gobierno está de vacaciones, como muchos españoles y como toda la clase política, que se ha decretado a sí misma una «tregua laica» en las negociaciones estatutarias-, vamos a tener movida. El día 4 llega a Madrid el presidente electo de Bolivia, Evo Morales, que se fotografiará con Zapatero casi inmediatamente después de que su fotografía junto a Castro haya dado la vuelta al mundo. Luego, la Pascua militar, en unos momentos en los que la oposición aún exige respuestas ante la presunta participación de un buque español en acciones de guerra en Irak. Y, por fin, la festividad de los Reyes Magos, «la fiesta más monárquica que nos queda en España», según me comentó recientemente, con humor, un miembro de la Casa del Rey, que dijo estar viviendo «momentos trepidantes» con la actividad de la familia real prevista para los próximos meses. Así que ya ven que motivos para comentar la actualidad no faltan precisamente. La de Evo Morales, tras la desafortunada broma radiofónica sufrida por el presidente electo boliviano, no va a ser una visita fácil; además de con las autoridades políticas españolas, también se encontrará con responsables de Repsol, la empresa española más inversora en el país andino a la que Morales quiere someter a «nuevas reglas».

Ocurre que la victoria de Evo Morales, indigenista y próximo a las tesis del venezolano Chávez y ya se ha visto que también a Castro, no va a ser acaso el último disgusto para los Estados Unidos y para Europa en América Latina: la diplomacia española cuenta con la probable victoria electoral en Perú, en abril, del coronel Ollanta Humara, que comparte muchas de las ideas de Chávez, Morales y Castro. Aseguran que, tras una etapa de despiste, el Gobierno español tiene el propósito de «conocer de cerca» el fenómeno Humara, que podría derrotar a la hasta ahora candidata favorita democristiana. Y ya se sabe que los intereses empresariales y bancarios españoles en Perú (Telefónica, sobre todo) son importantes.

Lo de la Pascua militar, presidida por el Rey, por el presidente del Gobierno y por el ministro de Defensa, también tiene sus aristas noticiosas, especialmente desde que filtraciones más o menos interesadas hicieron llegar a los medios que un buque español, el Alvaro de Bazán, participó en acciones de guerra en Irak, contradiciendo las promesas del Gobierno Zapatero. Aseguran que el descontento de la marinería, que se sentía injustamente tratada salarialmente, fue el responsable de la filtración, incomodísima en estos momentos para el Ejecutivo, que ha negado poco convincentemente los hechos. Tal vez por eso, para evitar contactos incómodos, este año se ha procurado limitar en lo posible el acceso de los periodistas a la recepción de la jornada festiva.

Con el Día de Reyes concluyen las fiestas navideñas y también esa tregua civil que se han decretado a sí mismas las fuerzas políticas, que interrumpieron así, para dedicarse a vacacionar, las dicen que tensas negociaciones sobre el Estatut catalán. Nos queda, pues, aunque ya se ve que con algunas alteraciones, una última semana de paz. Luego, 2006 irrumpirá de veras.