semana santa sevilla 2023

El 'éxodo' de los barrios de Sevilla al corazón de la ciudad

Vecinos del Polígono San Pablo o del Tiro de Línea abandonan sus casas por unas horas para ir con sus cofradías; a pesar del cierre de algunos bares en la avenida Almirante Topete, caminar por la acera era tan difícil como un domingo de Feria de Abril

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La Virgen del Rosario del Polígono San Pablo tras dejar atrás la avenida Pedro Romero Raúl doblado

Jesús Díaz

Sevilla

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El Lunes Santo de Sevilla no se entendería igual sin los barrios que son el puerto de partida de tres de las hermandades de la nómina del día. Es el día grande. El que está marcado en rojo en el calendario de la cocina. Es un viaje con billete de vuelta. Es regresar al lugar donde agarran tus raíces. Sucede en el Polígono San Pablo, se celebra en el Tiro de Línea y se abraza en el barrio León. Este, Sur y Oeste. Tres puntos cardinales de la ciudad que confluyen en el corazón de la misma, porque el corazón del barrio se va con su cofradía. Por horas, esas calles se quedan huérfanas.

Desde bien temprano en la avenida Pedro Romero se perciben los nervios. El reloj aún no señalaba el mediodía cuando el valle que conforma la calle entre las dos hileras de bloques altos de pisos cobra vida. Decía ayer el maestro Burgos que los balcones de Sevilla también se visten de nazareno con las colgaduras de damasco rojo. Y los vecinos del Polígono San Pablo sacaron sus mejores galas para mostrar en sus balcones.

En la churrería, a esa hora, se mezclaban los sabores y los olores. Churros, cafés, anises, botellines, la rueda de los pollos ya no para de dar vueltas. En la calle Doctor Laffón Soto, menos propicia para ver la cofradía por la falta de sombras a esta hora del día, un quiosco de comida ambulante, como los que se apilan a las afueras de los estadios de fútbol o las discotecas, ya está preparado para toda la jornada. Más adelante, en Pedro Romero, otra furgoneta, ésta más camuflada, también ofrece de todo para el cofrade.

En la Peña 3 Edad los mayores no faltaban a su cita con la Virgen del Rosario. Se mezclaban los carros de los más pequeños con los que andadores de los abuelos. La abuela que le enseña a su nieto «el Señor». Toda una vida en una misma foto.

El camino hasta la Catedral (y la vuelta) es largo para la cofradía. Esperan unos diez kilómetros. Por eso las mochilas de los padres que acompañan a los nazarenos más pequeños son cada vez más grandes. Bocadillos, agua, bolsa de patatas, caramelos, estampitas, el programa de mano…

Nadie se quiere perder a la Virgen del Rosario. Las trabajadoras de la farmacia corren porque se les escapa el palio. La cofradía ya conquista la avenida de la Soleá y el barrio se despide de su orgullo por unas horas. 

Los contrastes de la 'ley seca'

Al Sur de la ciudad es festivo el Lunes Santo. Caminar por el acerado más comercial de la avenida Almirante Topete es casi tan difícil como un domingo de Feria de Abril. Familias completas a pie de la cofradía. El Tiro de Línea cuenta los años por lunes santos vívidos.

Galería. El Cautivo de Santa Genoveva por Almirante Topete vANESSA GÓMEZ

Pero algo llamaba la atención este año. La Policía Local hacía efectiva la 'ley seca'. Los dueños del Bar Cabeza fueron multados porque había clientes bebiendo alcohol en la vía pública. Tuvo que echar la persiana el tiempo que pasaba la cofradía. El bar vecino, El Garbanzo Negro, también bajó la reja. Uno de los propietarios del Bar Cabeza contaba a ABC que el año que viene se pensará si abrir o no el Lunes Santo. Algunos compañeros del sector este lunes optaron por esta opción.

Hoy eran diez trabajadores y en el momento álgido del día les han obligado a cerrar. Se quejaba de que la Policía Local ni nadie del Ayuntamiento les avisó en los días previos de la normativa municipal.

Pero la escena era surrealista. Los vendedores ambulantes con un cubo de basura lleno de latas de cerveza y refrescos con hielo no paraban de vender. Los bares de las calles colindantes a la avenida estaban abiertos y con colas en las puertas. Todo era una cuestión de metros. O de barrios, porque en Felipe II y otras calles del Porvenir si se podía beber alcohol en la calle.

Para más inri, un puesto de comida ambulante entre Almirante Topete y Romero de Torres no daba abasto. Cuando a lo lejos se perdía el palio de la Virgen de las Mercedes, en su largo y elegante caminar, los bares comenzaban a subir la persiana y los clientes a entrar. El barrio se quedaba desierto. Unos se marchan con su cofradía y otros aguardarán en casa.

Vecinos que nunca vivieron en el barrio

Dicen que las hermandades son las que vertebran los barrios de Sevilla. Y tanto. A veces, incluso son las que ganan vecinos para toda la vida. Uno de ellos es Juan. Es del municipio onubense de Cumbres Mayores. Pero para siempre su corazón quedará conectado a la Virgen de la Salud. En noviembre de 2021 a Esperanza Luna le detectaron un cáncer.

Galería. El palio de la Virgen de la Salud ayer en la puerta del hospital Infanta Luisa ABC

El pronóstico no era bueno. Algunos médicos no confiaban en que pudiera celebrar con su familia aquella Navidad. Tenía que acudir los lunes y jueves de cada semana al hospital Quirónsalud Infanta Luisa para que le transfundieran seis o siete bolsas de sangre. Eran los efectos de uno de los tratamientos recibidos.

Así llegaría el Lunes Santo de 2022 y Esperanza y su marido, Juan Cobo, estaban el hospital cuando la hermandad de San Gonzalo inundaba de nazarenos blancos la arteria principal de Triana como es San Jacinto. Personal del hospital le ofrecieron a Esperanza ser la paciente que le entregara a la Virgen de la Salud el ramo de flores como ofrenda del cuando la hermandad pusiera el palio frente a frente a los enfermos. Desde aquel día Esperanza no volvió a necesitar más bolsas de sangre.

Aquella historia llegó a oídos de los hermanos del barrio León y le hicieron llegar a Esperanza un pañuelo de la Virgen. La enfermedad no pudo quebrar la fe de Esperanza, que falleció el pasado 26 de enero. Ayer, a las puertas del hospital, Juan, junto a sus hijos Juan y Manuel, esperaba a la Virgen de la Salud en el mismo sitio en el que su mujer le hacía entrega de las flores. Era la manera que este hombre había elegido para darle las gracias a la Virgen por concederle a su mujer un año más de salud y vida.

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