GOTA A GOTA
«Para la Trinidad y la Angustia Astorga pudo retratar a la misma joven»
Entrevista a Alicia Iglesias Cumplido. Doctora en Historia del Arte y autora del libro «Juan de Astorga. El ideal de belleza en la nueva escultura del siglo XIX».

Nieta de Julián Cumplido, uno de los escultores de oficio de Castillo Lastrucci, esta profesora de la Facultad de Historia del Arte de Sevilla se está convirtiendo en una de las autoras más prolíficas en la temática artística de las cofradías. Solo en este año ha publicado dos interesantes estudios sobre Montes de Oca (este junto a Andrés Luque) y el más reciente dedicado a Juan de Astorga. De este autor le impacta el naturalismo y la simplificación formal de las dolorosas como la Angustia de Los Estudiantes, La Esperanza Trinitaria o la Virgen de la Presentación del Calvario, tres portentosas esculturas marianas de la Semana Santa de Sevilla. Para Alicia Iglesias, está claro que estamos ante un imaginero a la altura de los grandes del XVII. «Sin lugar a dudas –indica la profesora- para depurar el planteamiento naturalista y llegar a una simplificación de las formas tan intensa hace falta un nivel técnico muy elevado. En ese aspecto, Juan de Astorga se situó a la altura de los grandes escultores barrocos. También en la personalidad con la que respondió a conceptos escultóricos distintos» En sus tiempos fue un artista moderno, que llevó la imaginería sevillana desde el academicismo del siglo XVIII a un cierto concepto romántico. Su inmenso valor es que hoy en día la mayoría de las dolorosas que se ejecutan tienen como modelo a las del artista antequerano. «La tendencia de la imaginería sevillana de la segunda mitad del siglo XX y lo que llevamos del XXI hacia el modelo de belleza y la expresión interiorizada establecidas por Juan de Astorga – dice la Alicia Iglesias- es debido a la amplia aceptación popular que tenían desde el siglo XIX. Prueba de ello fueron los intentos de cesión de varias imágenes suyas a la Hermandad de Santa Marta antes de los encargos a Luis Ortega Bru y Sebastián Santos. Los escultores fueron conscientes de la predisposición de los comitentes hacia esos modelos. Desde un punto de vista exclusivamente artístico también hay que tener en cuenta la novedosa síntesis naturalista del escultor, muy valorada por su modernidad.»
Siempre se ha tomado a la Trinidad como la obra cumbre de Astorga pero a su nivel tenemos otra serie de dolorosas como la Virgen de la Angustia de la Universidad, las de los Dolores de Gines, de Camas o del Convento de Capuchinos y la Virgen de la Presentación del Calvario consideradas todas por Alicia Iglesias como de primerísimo nivel. Si observamos a dos de las más populares, la Angustia y la Trinidad se aprecian detalles que las distinguen. «La Virgen de la Angustia – indica la autora del libro- muestra un perfecto equilibrio entre el ideal de belleza neoclásico y la moderna expresividad interiorizada romántica; mientas que la Virgen de la Trinidad ofrece un brillante proceso de síntesis del natural, animado por la misma carga expresiva romántica. Son pequeños y grandes matices que ofrecen dos variantes conceptuales distintas En estos casos pudo retratar a una misma joven. En una de sus últimas obras, la Virgen de la Soledad de Osuna volvió a retratar del natural, pero esta vez a otra mujer distinta.»
En su trabajo diario en la Facultad de Geografía e Historia, Alicia Iglesias nota un gran interés por el estudio del arte sacro y por la Semana Santa en particular. El suyo quizá vino estimulado por su abuelo, Julián Cumplido, uno de los grandes escultores desconocidos del siglo XX en Sevilla. «Mi abuelo fue responsable de modelado en la fábrica de cerámica de la Cartuja de Sevilla y durante dos décadas colaborador de Antonio Castillos Lastrucci, en cuyo taller trabajó como escultor de oficio, responsable de la talla en madera de los originales modelados por el maestro. Fue una práctica habitual, José Ordóñez lo hizo con Joaquín Bilbao; y Manuel Delgado Brackenbury con las esculturas en piedra de Lorenzo Coullaut Valera y Enrique Pérez Comendador. En Francia, Bertoldo esculpió en mármol original de Rodín. Son los llamados escultores de oficio, tan decisivos para la versatilidad de los grandes escultores.»