opinión

Retrasados

De los romanos heredamos muchísimas cosas, muchas más de las que imaginamos y de las que dicen los libros de historia

Yolanda Vallejo

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No le descubro nada nuevo si le digo que de los romanos heredamos muchísimas cosas, muchas más de las que imaginamos y de las que dicen los libros de historia. Con algunas hicimos de nuestra capa un sayo y las adaptamos –digámoslo así- a nuestro ... modo de entender las cosas; de esta manera le perdimos el respeto a la palabra escrita, por mucho «scripta manent» que nos legaran nuestros antepasados y conseguimos que la mujer del César solo tuviera que parecerlo, convirtiendo la apariencia en todo un arte, el arte de aparentar, sublimado en la habilidad de algunos para hacer como si hicieran, sin hacer nada. No en vano uno de los logros de nuestra lengua romance fue el de equiparar los verbos ser y parecer como si fuesen la misma cosa. Pero no vengo a hablarle ni de lenguas ni de apariencias, sino de esas otras cosas que heredamos de los romanos y que, además de haber mantenido en el tiempo, hemos mejorado hasta rozar la perfección. De esto, precisamente, es de lo que quería hablarle, de la «opera publica» o lo que es lo mismo, de cómo hacer política utilizando el espacio público, ya sabe, esa política de pantalla que tanto gusta en nuestro país.

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